En forma deliberada o como daño colateral de la violencia, la delincuencia que se confronta al interior del Cártel de Sinaloa le está causando cuantiosos daños a la economía sinaloense a través de la parálisis por miedo en los sectores servicios y comercio que cancela medios de subsistencia de pequeños empresarios y centenas de empleos, traduciéndose en repercusiones para la planta productiva y familias de trabajadores.

No obstante que son mayores las consecuencias para la ciudadanía víctima de asesinatos, desapariciones forzadas, extorsiones, asaltos y alteración del libre tránsito, resulta preocupante que en la agenda diaria de la inseguridad son bastantes los avisos de establecimientos que informan a sus clientes del cierre de actividades, la mayoría avisando de la posibilidad de reanudar una vez que existan garantías de paz y orden.

 

Según datos de la presidenta del capítulo Sinaloa de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Martha Elena Reyes Zazueta, alrededor de 4 mil personas han tenido que abandonar sus centros de trabajo debido a la jornada violenta que inició el 9 de septiembre y en el sector inmobiliario la misma situación ocasiona que el precio de la vivienda caiga en un promedio de 25 por ciento anual, mientras que inversionistas en nuevas plazas comerciales han pausado sus proyectos.

Otro dato pone en alerta al sector turístico, uno de los principales motores de la economía estatal, pues la violencia de alto impacto abarca al puerto de Mazatlán cuyos niveles de seguridad pública permanecieron aceptables para los visitantes, hasta que los hechos del domingo 27 de octubre atemorizaron a la población y el miedo a la delincuencia tuvo el correspondiente efecto dominó en la industria sin chimeneas.

Se ha retrasado la intervención integral del Gobierno del Estado y los Ayuntamientos para paliar la crisis de los sectores productivos que emana de la ausencia de garantías para que lo sinaloenses recuperen la paz y a la vez restablezcan las diferentes ramas del desarrollo. Empalmar en el mismo período de inestabilidad la percepción ciudadana de desamparo y el trastorno de las actividades económicas representa tantas desesperaciones y enojos juntos que de un momento a otro adquirirán rasgos de ingobernabilidad.

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