El gigante asiático sigue dominando mercados y aunque ahora enfrenta un crecimiento estancado, no deja de ser una enorme potencia a la cual los países desarrollados están buscando cerrarle el paso.
Sin embargo, hay algunos riesgos resultados de estas acciones; como respuestas similares de China y pérdida de comercio, como desvío de inversiones a otros países y formación de nuevos bloques, y al mismo tiempo los esfuerzos por la sustentabilidad serán más difíciles al hacer más caros los autos eléctricos.
En México, la industria textil y comerciantes se han manifestado para pedir el apoyo de las autoridades y restringir la entrada de productos provenientes de China, al no poder competir con ellos. El pasado 7 de octubre el Servicio de Administración Tributaria (SAT) emitió un comunicado anunciando nuevas resoluciones para evitar prácticas abusivas en comercio exterior. Lo que se hace especialmente con la finalidad de incrementar controles y, sobre todo, reducir la evasión fiscal.
En Estados Unidos, no es un secreto que se han emprendido medidas comerciales restrictivas para desincentivar las compras a China, a través de la imposición de aranceles, es decir, impuestos a la importación de bienes provenientes de ese país.
Tal vez el aumento arancelario más extremo es el incremento del impuesto del 25% al 100% en autos eléctricos, y productos médicos de 0% a 50%.
En la Unión Europea (UE) el pasado 30 de octubre entran también en vigor aranceles a los autos eléctricos, con varios niveles que van desde 17% hasta 45.3%, según la marca. Grandes marcas de autos se han visto también amenazadas por el crecimiento de las automotrices Chinas, y es ya un hecho que está comiendo el mercado.
Hasta ahora el dragón asiático, ha advertido que hará todo lo que sea necesario para salvaguardar los intereses de sus empresas. Es de particular interés el que la empresa estatal SAIC es la que ha sido más afectada, con la imposición del impuesto más alto en la UE, mientras que ya impuso impuestos en el brandy y anunció que probará que la UE subsidia productos lácteos, en pocas palabras, la guerra comercial apenas empieza.
Por otro lado, debe notarse que esto podría afectar enormemente los objetivos de reducción de carbono, pues los países avanzados han incrementado en mucho el uso de autos eléctricos, con este fin, pero ahora los costos serán mayores y también, incrementar la producción localmente traería más contaminación, en medio de mayor demanda energética.
En suma, los países del mundo buscan proteger a sus empresas de la competencia China por su increíble capacidad de competencia en costos y calidad; no obstante, ello podría generar problemas de suministro e incremento de precios en algunos bienes y servicios, y pone además en juego los objetivos de reducción de carbono para las economías avanzadas, mientras que se abren nuevas oportunidades para economías con menor ingreso que podrían acceder a tratados comerciales con China, como ya se están haciendo en América del Sur.
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