El amanecer de hoy se cumple el adagio de la pesadumbre que señala que los males nunca llegan solos, pues en la misma jornada el Partido Republicado y su candidato Donald Trump ganaron las elecciones presidenciales de Estados Unidos, mientras que en México la Suprema Corte de Justicia de la Nación renunció a su esencia equilibradora al desechar el proyecto de ponencia que invalidaría las reformas al Poder Judicial Federal.

El martes negro se cumplió al pie de la letra como mal augurio para la tierra azteca tomando en cuenta que Trump ha anunciado chantajear a México imponiéndole aranceles de hasta el 25 por ciento a las importaciones si no accede a convertirse en barrera que contenga la migración ilegal hacia el territorio estadunidense y, por si ello fuera poco, en el ámbito nacional la presidenta Claudia Sheinbaum festejó hoy como “un triunfo de México” el reversazo que metió la Corte en el intento de defender la Constitución.

El paso hacia atrás que dio la SCJN al no completar los ocho votos que requería para declarar la inconstitucionalidad de la reforma al Poder Judicial permite que salga adelante la operación que inició el ex presidente Andrés Manuel López Obrador y concretó Sheinbaum en el propósito de anular el contrapeso entre poderes de la Unión, sintetizando el esquema autoritario donde el Ejecutivo Federal tendrá el control también del Legislativo y la Suprema Corte.

En cuanto a la elección presidencial de Estados Unidos, el resultado a favor de Trump recalca las amenazas que éste hizo a México durante su campaña y la actitud desafiante que mostró hacia este país cuando desempeñó la presidencia estadunidense de 2017 a 2021, poniendo ahora en la mira a los cárteles de las drogas contra los cuales anuncia un bombardeo intensivo , la deportación masiva de indocumentados y la imposición de aranceles para forzar la colaboración en la contención del flujo migratorio.

La supremacía constitucional que consiste en que ningún ciudadano u organización podrán oponerse a las reforma a la carta magna que proponga la presidenta Sheinbaum, y el asedio permanente de Trump al menos en el discurso, ocasionan que en México palidezcan los derechos y libertades ciudadanas y que la relación con el principal socio comercial esté condicionada a la obediencia a ciegas de todo lo que provenga de la Casa Blanca. Un martes gris, sin duda, agregado a los graves males mexicanos que obstruyen el avance al mejor futuro posible.

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