Culiacán, Sin.- El 28 de diciembre de 2020 la alcaldesa María León dio a conocer públicamente que el comedor comunitario de Las Tunas de Abajo, en el municipio de Sinaloa, ya estaba listo para funcionar. Se compartieron fotos, se dijo que era un avance para las comunidades indígenas de la zona serrana, pero luego quedó abandonado.
“Lo que pasa con el comedor comunitario es que supuestamente lo hizo el Ayuntamiento de Sinaloa Municipio y Copacis ( Comisión de Asuntos Indígenas del Estado de Sinaloa) se encargaría de equiparlo y no se quién más se encargaría de la comida. Ahí nos lo dejaron”, dijo Javier, un hombre de la región indígena Tarámari y ex comisario en Las Tunas de Abajo.
Comedor comunitario de Las Tunas de Abajo
El comedor comunitario se encuentra en la sindicatura de San José de Gracia, una región minera donde hay caminos construidos por las empresas extractivas, pero no ha llegado el progreso.
El Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) le dio a conocer al Ayuntamiento de Sinaloa y al gobierno del Estado que para el ejercicio fiscal 2020 se tenía contemplado incluir el comedor dentro del programa de “Apoyo a la Educación Indígena”.
Sin embargo, echar a andar el programa implicaba que también fuera terminada toda la infraestructura.
“Es importante señalar que, para el inicio de operaciones de este Comedor de la Niñez Indígena, la escuela de la comunidad debe contar con la infraestructura necesaria para su funcionamiento, en caso de no contar con las mismas, gestionar ante las instancias municipales y estatales para lograr tal objetivo”, se lee en el oficio enviado al Ayuntamiento y al Gobierno del Estado.
“No omito informar que una vez estando listo el inmueble para la operación de dicho comedor, el personal del INPI se encargará de realizar el trámite correspondiente para las becas alimenticias de los beneficiados, el equipamiento respectivo, así como la contratación del personal que operará el citado comedor”.
Este es un comedor comunitario que fue hecho para que por lo menos 67 niñas, niños y adolescentes de la región de San José de Gracia puedan alimentarse sanamente.
El edificio ya fue terminado, pero el programa no puede iniciar operaciones porque aún falta infraestructura básica para la cocina.
Al comedor le hace falta: licuadora, ollas, instrumentos para cocinar, vasos, platos, cucharas, tenedores, sillas, mesas y más instrumentos necesarios.
Apenas el 21 de octubre se hizo llegar un oficio al Congreso de Sinaloa firmado por el Comisario, en el que se pide se hagan funcionar recursos que se han podido destinar algo de los 17 millones de pesos que se etiquetaron en Presupuesto de Egresos del Estado para la atención de Comunidades Indígenas y así para poder echar andar el comedor.
“Las Tunas de Abajo es una comunidad donde habitan familias indígenas tarahumaras de muy bajos recursos por lo que será de gran ayuda la certeza alimentaria que este comedor proporcionará a los 67 alumnos que actualmente acuden a la escuela, tanto de kínder como de primaria y secundaria”, se lee en el documento compartido a Revista ESPEJO.
Los pobladores de Las Tunas de Abajo no han recibido respuesta
Carta enviada al Congreso de Sinaloa
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