México.- “Con toda esta problemática de crisis ambiental, necesitamos trabajar con los sentimientos de las personas”, refiere Yamel Rubio Rocha. La bióloga conservacionista y miembro de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar comparte su visión sobre la importancia del arte en la promoción del cuidado a la naturaleza.
“Estamos en el mes del jaguar celebrando al gran felino de América, y a lo largo de su distribución en toda la vertiente del Pacifico hasta la península estamos realizando actividades en conjunto”, comentó.
La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar es una red de organizaciones y personas que colaboran para proteger al jaguar y sus ecosistemas en México. Esta alianza reúne a científicos, conservacionistas, artistas, comunidades locales y otros actores clave para desarrollar estrategias y acciones conjuntas que garanticen su supervivencia. Y una de estas estrategias, ha sido el uso del arte como herramienta para conectar a las personas con la naturaleza y promover la conservación.
“A través de los años hemos aprendido que, con el apoyo de los diferentes artistas, artistas que producen música, murales, pinturas, ellos pueden llegar a través del arte a la conciencia, a los sentimientos. Esa parte que hace que nosotros como individuos nos sensibilicemos”, contó Yamel.
La danza de los bramadores del maestro Gregorio Corrales, ejemplificó, utiliza los silbatos llamadores que alguna vez se usaron para llamar y cazar al jaguar, solo que ahora estos llaman a la humanidad para ‘danzar con el felino’.
“Es una metáfora muy bella donde están bailando al final el hombre y los jaguares como hermanos, como parte del cosmos, y es algo tan bello que sensibiliza a las personas”, dijo Rubio.
Este año, como parte de los eventos del Mes del Jaguar se han organizado conferencias, talleres y un concurso de arte cuyo objetivo es “la dignificación del jaguar como un ser con derechos y con un mundo donde interactúa con otros seres”.
Desde una práctica artística que opera justo en la intersección de arte y conservación, Miguel Cinta Robles ha descubierto que su labor no es solo llevar un taller, una exposición o un mural a los espacios y comunidades, sino en llegar a convertirse en parte de la estructura que sostiene los cuidados que requieren los territorios.
“Yo creo que, en la continuidad, en el tiempo, van surgiendo deseos comunes y acuerdos y ya en lugar de ser alguien ajeno, que de repente llega, te vuelves a alguien que participa constantemente y va participando como en generar ideas y conceptos, pues desde tu praxis, que es el arte”, señaló.
Taller de Bioconstrucción en Terreno Familiar, Oaxaca.
En Oaxaca forma parte del proyecto Terreno Familiar, huerto en el que se ofrecen y comparten conocimientos en temas como compostaje, baños secos, reforestación sintrópica, cultivo de hongos, manejo y protección de suelos, pro y prebiótica y obtención de jabones a partir de aceite de cocina reciclado.
Al mismo tiempo, Miguel busca llevar las lógicas de la naturaleza aprendidas a las lógicas del museo o la exposición. Así, una práctica constante en su obra ha sido la creación de hornos de tierra funcionales con materiales encontrados en el mismo museo, o la propuesta para que, de ser vendidas, piezas generadas con materiales de un río contaminado dediquen parte del precio de venta a acciones para restaurarlo.
2024 – Investigación – Yutindudi – Material Art Fair 2024
“No me interesa solamente trabajar con temas y hablar de ellos conceptualmente y poéticamente. Me interesa llevarlos a la práctica. A veces se nos olvida que existen muchas estructuras de poder que sostienen que un museo pueda estar representando ciertas imágenes o que un cuadro pueda estar colgado en ciertas galerías; y que esas dinámicas de poder también interactúan con nuestro entorno y nuestros territorios”, comentó.
Es en base a esto que, para Miguel un papel del arte en la conservación es confrontar la idea que muestra a las áreas naturales como espacios “que deben permanecer en un estado congelado y sin intervención humana”, con una visión de conservación desde el punto de vista de cómo las comunidades originarias se han vinculado con los territorios.
“Me interesa la manera en que históricamente comunidades y naciones indígenas se han vinculado con los bosques y los han talado, y los han sembrado, inclusive les han quemado bajo técnicas ancestrales y han modificado radicalmente los paisajes, en colaboración, nunca en una manera extractivista”, puntualizó.
Y esto lo hace llevando las formas de restauración y de comunión con la naturaleza al museo, a través de técnicas de agroecología, de reforestación sintrópica, protección de suelos y demás prácticas que, por otro lado, también buscan posicionar al frente a los territorios y sus habitantes, tanto humanos como vegetales y animales.
2023 – Museo Casa Diego Rivera – Colección Femsa – Group Show
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