Jesús Miguel López Velázquez de la comunidad de Las Arenitas, el que considera el pueblo más alegre de Eldorado. Con 33 años ha encontrado satisfacción en apoyar en las actividades de la comunidad.

Es el mayor de 3 hermanos. Estudió la preparatoria en Eldorado, cuando terminó, se fue a vivir a Culiacán y solo regresaba los fines de semana. Para la ciudadanía de la comunidad, Jesús Miguel es un referente de apoyo para los eventos que realizan.

Nunca fue amante de estar en el mar, solo lo hacía por poco tiempo y como una aventura cuando acompañaba a su papá; su padre es pescador desde que tenía 13 años, en vista de que sus hijos no solían acompañarle, salía más tarde y regresaba más temprano cuando los llevaba.

Cuenta que de joven era muy serio, se relacionaba poco con otras personas fuera de su familia. Fue gracias a que su mamá lo hizo ir a un grupo de jóvenes de la iglesia cuando empezó a agarrar confianza y llegó a ser el líder de esa comunidad.

El primer evento en que le tocó ser parte de la organización fue un 12 de diciembre, el día de la virgen; consiguió que se hiciera una gran fiesta con templete, piezas de musicales ensayados y comida, como tamales.

Un día particularmente importante en su pueblo es el Día de la Marina, celebrado cada 1 de junio. Después de haber visto el éxito del evento de diciembre, el profesor de educación física le pidió apoyo para el desfile y así también los años siguientes. Desde el inicio le tocó buscar reina para esa fiesta, de ahí se desprenden el resto de las actividades.

Pasó a formar parte del comité oficial de las celebraciones y eso le trajo satisfacciones y responsabilidades; como limpieza de espacios públicos, sembrar árboles y cuidarlos, y demás actividades externas que llegaban a la comunidad, por ejemplo: brigadas médicas.

Ahora reconoce a Las Arenitas como un pueblo fiestero del que se enamora cada vez más y ha trabajado limpiando las bahías, cuando se organizan para recoger plástico de los manglares.

La timidez de su infancia y adolescencia se fueron y eso tuvo un impacto hasta en su vida laboral, al ser contratado por una universidad privada para una tarea, pero viendo su desenvolvimiento con las personas, le dieron la coordinación de venta. Estudió Lengua y Literatura Hispánica en la UAS, por lo que su otra fortaleza es su redacción y ortografía.

No solo su forma de ser cambió, sino que la comunidad que recuerda ya no es igual; ahora la encuentra superflua, en la que las personas quieren aparentar y alardear de cosas materiales, competencia al interior. Además, el problema de la drogadicción se hace cada vez más presente.

Sin embargo, Las Arenitas es un lugar en la que las personas prefieren la cordialidad ante los pleitos, la hermandad ante las adversidades y en donde una fiesta que se celebre en espacios públicos, tiene cabida para todas y todos, tengan o no invitación, es tácita.

Invita a las personas a que vayan a las playas y ahí mismo se impartan talleres de concha, de coco y con el punto extra de que hay quienes preparan buenos mariscos y los podrían vender. Ya hay una persona que pasea a turistas y cuida los huevos de tortugas, espera haya más ciudadanos como este que incentiven el ecoturismo.
Que la comunidad se vuelva más turística y que se concrete el malecón que les prometieron, es su anhelo. Jesús Miguel lo sostiene con una sonrisa: Las Arenitas es el rancho más bonito de Eldorado.

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El proyecto Memoria y Verdad: Historias desde la pesca se desarrolló en colaboración con el Fondo Resiliencia, un esfuerzo conjunto para fortalecer las respuestas locales y la resiliencia comunitaria.