El bombardeo de la relación comercial con México que lleva a cabo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pone a prueba la capacidad negociadora de la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, y al mismo tiempo cala a los diferentes sectores del país azteca que deberán mostrar disposición para superar divergencias y afinidades al ponerse de lado de la defensa de nuestra soberanía y planta productiva nacional.

Las diferencias políticas no valen de uno u otro lado en momentos en que desde Washington un gobierno de corte tiránico trata de colocarse por encima de leyes, tratados internacionales y de la historia de buena vecindad, por la obsesión de Donald Trump al autoproclamarse como el policía del mundo y desde esa visión arbitraria subyugar a países que desde el esfuerzo y las libertades luchan por alcanzar mejor desarrollo.

Las consecuencias en la economía mexicana serán desastrosas si Trump lleva a los máximos términos la imposición de abusivos aranceles, de hasta el 25 por ciento, a las exportaciones hacia Estados Unidos y en esa línea de riesgo están, por ejemplo, los productos agrícolas que Sinaloa envía a ese país o la inversión extranjera que podría cancelarse o posponerse hasta que haya mejores garantías de certidumbre.

El economista Luis Armando Becerra Pérez prevé que México podría enfrentar una caída del Producto Interno Bruto de entre 0.5 y 1 por ciento en 2025 debido a la disminución de exportaciones, el freno en inversiones extranjeras y la volatilidad del tipo de cambio, ya que “un aumento del 25% en aranceles es suficiente para sacar del mercado a muchas pequeñas empresas mexicanas que operan con márgenes reducidos”.

La evaluación de las afectaciones es prematura en lo que respecta a lo económico, pero el daño resulta evidente en cuanto al trato déspota y discriminatorio que Trump le da al régimen de la Cuarta Transformación al acudir a la táctica del chantaje para obligar a Sheinbaum a que atienda sus caprichos. El presidente de Estados Unidos conoce y desafía la dignidad de los mexicanos al tratarse de defender a su patria, pero ese decoro emergerá de nuevo al ir todos, codo a codo, ante la actual acometida del dictador que despacha en la Casa Blanca.

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