Culiacán, Sinaloa.- Mayor iluminación, espacios abiertos, visibles y dinámicos son factores clave que pueden ayudar a construir ciudades más seguras para niñas, adolescentes y mujeres, explicó la arquitecta y urbanista, Gloria Morales Fonseca, integrante de Mapasin.

Explicó que la ciudad de Culiacán no está diseñada para atender las necesidades de movilidad de este grupo poblacional, pues más allá del contexto actual de violencia que se vive en la entidad, es común que las mujeres se encuentren en mayor riesgo de sufrir una agresión al cruzar por zonas mal iluminadas o vacías.

“Al día de hoy, el modelo de ciudad está construido como para que un hombre joven, sin discapacidad y aparte con un estatus económico medio alto, utilice la ciudad. 

(…) Si hay oscuridad en la calle, no digo que los hombres no sientan miedo, pero tiene una mayor capacidad de defenderse, lo pueden atacar asaltándolo, pero aquí la diferencia es que las mujeres cuando salimos a la calle y nos metemos por una calle así, uno no tiene miedo de que te roben la computadora o el celular ¿De qué tienes miedo? de que te asalten sexualmente, de que te golpeen y hasta te maten”, explicó.

Lo explicado por la especialista se confirma con testimonios de niñas, adolescentes y mujeres que en algún momento de su vida al caminar por las calles de Culiacán o al utilizar el transporte público han recibido acoso, hostigamiento o violencia camuflada como piropos, miradas lascivas, tocamientos inapropiados o sugerencias sexuales.

“He ido nada más caminando y de la nada pasan y me gritan cualquier cosa o pitan con el carro o moto”

”Una vez me jalaron la falda en el camión…  venía casi vacío y el sujeto de atrás de mí metió la mano por el hueco que queda entre el asiento y la pared, agarró la tela y la empezó a mover hacia atrás, y cuando me di cuenta de su mano, volteé rápidamente hacia atrás e inmediatamente se paró y pidió bajarse”

“Una camioneta me estaba persiguiendo, me desvié de mi ruta y se detuvo para ver para dónde agarraba, decidí meterme a una tienda” (testimonio obtenido de CAMINATAS: Mapeo colectivo de violencia contra mujeres (2022))

“Tenía 10 años (…) sentí una mano apretar mi pierna, y acariciarla, y en ese momento no sabía cómo reaccionar, no entendía lo que estaba pasando, lo único que tenía claro es que era incómodo y no tendría por qué estar pasando, mientras pensaba qué hacer, una señora se dio cuenta de la situación y le dio un manotazo al señor y le empezó a gritar, él se asustó y bajó corriendo del camión”

“Una persona me estaba siguiendo, me gritaba que me detuviera”(testimonio obtenido de CAMINATAS: Mapeo colectivo de violencia contra mujeres (2022)).

Para Gloria Morales, es posible crear ciudades más seguras para las niñas, adolescentes y mujeres donde se reduzca el riesgo de que estas historias continúen repitiendo, pero para ello, es necesario implementar la perspectiva de género en diseño urbano, pensados para que todas y todos puedan transitar con tranquilidad.

¿Cómo construir ciudades más seguras?

La especialista en urbanismo mencionó que para mejorar la seguridad se necesita una planificación urbana que cree “fachadas dinámicas” donde se mezclen viviendas, comercios y otros usos con el fin de que siempre haya gente alrededor.

Dijo que, si bien es importante la iluminación, la vigilancia a través de videocámaras y la intervención  policial, la presencia de personas siempre será clave para inhibir agresiones.

“Se necesita que vayas caminando y haya vivienda y de pronto comercio, y de pronto otra vivienda y de pronto un plantel educativo  y luego otra vez vivienda. Ahí creas un dinamismo, porque si creas una calle donde solo hay puro comercio, es un corredor de puro comercio y ¿Qué va a pasar? cuando los comercios estén cerrados se acabó la vida pública y se acabó el dinamismo ahí, y ¿Qué te va a ayudar para que siempre haya vida ahí? Que haya vivienda”, dijo.

Ejemplo de estas calles donde la interacción urbana se vuelve prácticamente nula al caer la noche es el centro de la ciudad, explicó, pues hay calles en donde solo hay locales comerciales sin ninguna vivienda, haciendo que al oscurecer todos cierren sus puertas dejando las calles desiertas.

Destacó que también es necesario evitar las fachadas ciegas, aquellas calles donde los muros no tienen ventanas, puertas ni actividad o que los edificios dan la espalda a la calle, creando zonas solitarias y peligrosas.

“Porque no hay quién esté observando si a ti te pasa algo o si te sucede algo no hay un lugar en el que puedas refugiarte porque están las bardas completas sin ventanas, sin puertas, sin nadie que se dé cuenta, un poco como callejones sin salida”, mencionó.

La especialista mencionó que al mejorar las condiciones de movilidad y seguridad a las mujeres también se estarían atendiendo las necesidades de otros grupos en condición de vulnerabilidad como niños, personas mayores y personas con discapacidad.

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