El domingo 4 de mayo, desde las 10 de la mañana hasta pasadas las 7 de la noche, la Avenida Álvaro Obregón, de la catedral hasta el parque constitución, se convirtió en un mega bazar. Aparte del respiro económico para cerca de 500 emprendedores y comerciantes, así como otro puñado de grupos musicales, se logró algo que pocas veces se ha visto desde el 9 de septiembre de 2024: tener el centro de Culiacán concurrido con personas después de la puesta del sol.

La inauguración oficial fue a las 11 de la mañana, aunque algunos de los vendedores aseguraron haber llegado desde tempranas horas de la mañana a instalarse.

Al principio de la jornada, las expectativas eran modestas. Muchos apostaron por el volumen, ofertando la mercancía a precio de remate; hasta cien pesos por debajo de lo que marcaban las etiquetas.

Al medio día, la afluencia era más bien reducida. La amplia vialidad apenas y se notaba concurrida.

Sin embargo, a como avanzaban las horas y el clima se volvía menos agresivo, el tránsito a pie por el bazar se dificultaba. Las botargas de los negocios y la gente bailando en cada cuadra llamaban la atención de las familias que pasaban.

Mega bazar fuerte afluencia de gente.

El tránsito de visitantes era suficiente para dificultar el paso en algunos tramls del bazar.

La espera para ser despachado por los negocios de comida delataba el éxito que estaban observando muchos de estos.

Con su punto álgido de actividad alrededor de las 4 de la tarde, el Frente Primero Culiacán, parte del comité organizador, calcula cerca de 10 mil asistentes.

Los miembros de el Grupo Barrenador, quienes amenizaron una de las cuadras, compartieron que el ingreso que esperaban recibir por su actuación era de entre 8 mil y 10 mil pesos para cada agrupación. Aunque está muy por debajo de lo que, por lo general, un grupo musical cobraría en circunstancias normales, aseguran que en su situación actual es una enorme ayuda.

Mega Bazar, musicos.

Grupo Barrenador, una de las alrededor de 10 agrupaciones y animadores que ambientaron el mega bazar.

Al final de la jornada, pasadas las 7 de la noche, Revista Espejo pudo platicar con algunos de los ultimos vendedores que recogían sus mercancías.

“Nos fue bien, tuvimos muy buena venta y muy buena respuesta de todas las personas que asistieron, con muchas ganas de que se haga de nuevo otro así. […] Estaban super contentos, en cada cuadra había una banda, la gente se olvidó de la situación que se está dando en la ciudad. Estaban felices.” dice Marisol Leal, que se dedica a vender derivados de la miel.

 

Pese a la fuerte afluencia de personas, misma que superó las expectativas de un sector del comité organizador, esto no se vio necesariamente reflejado en la venta de muchos.

 

—Gente sí hubo bastante, las ventas no estaban como nosotros quisieramos, aunque sí se movió producto.

 

—¿A qué cree que se deba?

 

—Pues la economía está muy baja en la ciudad. Queremos agarrar un poquito de vuelo pero vuelve a caer todo. Yo pienso que eso es” así se expresó Liliana, vendedora de postres.

 

 

Mega Bazar de Culiacán. Algunos se quedaron con mercancía.

Un puesto de pan que se quedó con piezas en el exhibidor.

Pese a no haber vendido tanto como hubieran querido, algunos participantes vieron más valor en la exposición y promoción que pudieron dar a sus productos. Con todo, las pocas ventas no fallaron en decepcionar a varios

“Muchos se acercaban y decían “qué bonito está esto”, pero pues no compraban” comenta entre risas una vendedora de cuarzos mientras encajonaba su mercancía.

 

Paty, que ofertó productos de papelería y regalos, comentó con respecto a las expectativas previas al evento frente al saldo final.

“Sí hubo bastante gente. Se vio familias desde temprano, y sí se pudo colocar ventas. Uno ya no llega con expectativas, mas que de venir, prospectar, aunque sí tuvimos ventas”

 

Varias fueron las explicaciones de por qué, aun con una fuerte afluencia de personas, las ventas no fueron lo suficientemente buenas para que todos se fueran contentos. Entre estas, algunos participantes apuntaban al factor climático, con un calor abrasador al medio día; otros comentaron que seguramente las personas están gastadas por las vacaciones de semana santa, o que la difusión del evento no fue suficiente.

Sin embargo, el común denominador siempre era el mismo: el hoyo en el que, observan, se encuentra la economía del culiacanense hoy.

“Sí se necesita la economía subirla bastante. La han golpeado muy fuerte a la ciudad. Y sí se necesita, pero no podemos obligar a la gente a comprar tampoco. Yo puse mis postres al 2×1, pero ni así” lamenta Liliana, citada antes.

 

Con todo, y pese al nerviosismo inicial de, por lo menos, un sector de la organización sobre la respuesta ciudadana, se ha declarado la iniciativa como un éxito.

Se ha resaltado, especialmente, el insólito hecho de que vendedores y locatarios del centro, tradicionalmente celosos y protectores de sus puntos de venta, tomaran la iniciativa de aliarse con bazaristas, emprendedores y empresarios para esta “fiesta comercial”.

El logro más grande del mega bazar fue tener a gente en la calle pese a la inseguridad.

Aun pasadas las siete de la noche, y con muchos puestos ya retirados, el bazar seguía activo.

Ahora, con la respuesta ciudadana probada y los aprendizajes adquiridos de esta primera edición, la coordinadora de vendedores ambulantes y miembro de la organización, Laura Quevedo, asegura que se analizará realizar nuevos mega bazares en el futuro.

Más información sobre el mega bazar de Culiacán.