La semana pasada los diputados locales de los partidos Movimiento Regeneración Nacional, Revolucionario Institucional y Acción Nacional, apoyaron en el Congreso del Estado un punto de acuerdo en solicitud de que el Gobierno Federal atienda la solicitud de declaratoria de emergencia por la sequía en Sinaloa, debido a los crecientes efectos de la escasez de agua en la población y actividades económicas.

El gobernador Rubén Rocha Moya firmó y envió el 14 de abril la correspondiente petición a la Coordinara Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Laura Velázquez Alzúa, pero a la fecha no ha recibido la respuesta positiva pese al estiaje severo que de un momento a otro podría restringir hasta la disponibilidad de agua para el consumo humano en las principales ciudades.

Esta situación que vive Sinaloa, principalmente en las comunidades rurales serranas donde la crisis hídrica causa mayores estragos, debe unificar en lo particular y sectorial a los sinaloenses debido a que la acumulación de varios ciclos de lluvias insuficientes derivará en dificultades aun inestimadas, agregándose a la complicada circunstancia de economía y tejido social diezmadas por la violencia desbordada.

Con las presas hoy a un 6.6 de su capacidad de almacenamiento, la agricultura prácticamente paralizada, recortes escalonados en el suministro de agua disfrazados de reparaciones y conexiones en plantas y redes abastecedoras, y el acarreo del vital elemento en pipas hacia poblaciones con mayor sequía, el panorama pinta mal para el otrora manantial inagotable de la tierra de los once ríos.

Con la desaparición en 2021 del Fondo Nacional de Desastres Naturales, como parte de las reformas que hizo en el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para extinguir 109 fideicomisos, fue reducida también la capacidad de respuesta rápida de la federación hacia regiones del país golpeadas por fenómenos climatológicos. Esto es lo que convoca a la unidad ciudadana para impedir que a Sinaloa se le agregue la crisis de la sequía a las dificultades que vivimos por la narcoguerra.

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