Salvador Alvarado, Sinaloa.- El pasado 15 de mayo fue detenido el primer imputado por ‘halconeo’ tras la reciente reforma hecha al Código Penal de Sinaloa para atacar este delito.

Juan Alfredo “N” fue detenido en la colonia Centro de Guamúchil, municipio de Salvador Alvarado, mientras presuntamente vigilaba e informaba los movimientos de elementos de la Guardia Nacional mediante un radio de comunicación. Al momento de su captura, se le aseguró un radio portátil y una cubeta con 40 artefactos metálicos conocidos como estrellas ponchallantas.

La reforma al Capítulo VI Bis del Código Penal de Sinaloa fue publicada el pasado mes de abril, y tipifica como delito el acechar, vigilar, espiar, perseguir o proporcionar información sobre las actividades de servidores públicos de instituciones de seguridad pública con fines ilícitos.

Las penas por este delito oscilan entre 4 años 6 meses y 15 años de prisión. En caso de agravantes, como el uso de menores de edad, adultos mayores o personas con discapacidad, las penas pueden aumentar hasta en un 50 por ciento, alcanzando hasta 22 años de prisión.

El Juez de Control dictó prisión preventiva justificada contra Juan Alfredo “N” y estableció un plazo de cuatro meses para el cierre de la investigación complementaria.

Respecto a está primera detención, el Secretario General de Gobierno, Feliciano Castro Meléndez, señaló que es un paso importante en “la necesidad de hacer más adecuaciones de orden legal que permitan la sanción a quienes agreden la ley y están generando violencia”.

“Esperemos mejores condiciones para aplicar la ley, combatir la impunidad y la situación de inseguridad que se genera”, añadió.

¿Quiénes son los ‘halcones’ o ‘punteros’?

Los ‘halcones’ o ‘punteros’ son personas que se dedican a vigilar y reportar los movimientos de las fuerzas de seguridad pública y alertar a grupos criminales. Utilizan radios, teléfonos móviles o incluso redes sociales para informar sobre retenes, patrullajes y operativos, lo cual permite a las organizaciones delictivas reorganizarse, escapar o preparar emboscadas.

En muchos casos son jóvenes reclutados por los cárteles en zonas de alta marginación. También se ha documentado el uso de menores de edad, mujeres y personas en situación vulnerable para esta labor.

Esta figura no había sido castigada por el marco legal sinaloense hasta la reciente reforma de abril de 2025.

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