Mazatlán, Sinaloa.— En su segunda visita oficial a Sinaloa como presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo eligió Mazatlán como escenario para lanzar un mensaje contundente: Sinaloa no debe ser visto solo por la violencia que lo aqueja, sino por el pueblo trabajador que lo sostiene y por su relevancia nacional en la producción de alimentos, especialmente maíz.

“Primero lo tengo que decir grande, fuerte, que se escuche en todo México y en todo el mundo: el pueblo de Sinaloa es un pueblo trabajador, que sale adelante todos los días, que lo queremos, que lo apoyamos. Qué no vamos a permitir que nadie estigmatice a Sinaloa”, expresó frente a decenas de personas durante el arranque del programa federal Salud Casa por Casa del Bienestar.

La mandataria nacional remarcó que el estado es un pilar alimentario para el país.

“Tenemos esta frase que siempre dice: sin maíz no hay país. ¿Y quién es el principal productor de maíz? Sinaloa. O sea que sin Sinaloa no hay país, porque aquí se produce el mejor maíz”.

La defensa de Sheinbaum se da en un contexto de tensiones internas por violencia entre facciones del crimen organizado, pero su mensaje buscó cambiar el foco de la narrativa nacional hacia el valor humano y productivo de la entidad.

Durante su intervención, también reveló que la elección de Mazatlán como sede del evento no fue casual:

“Me dicen que íbamos a ir a un municipio y luego a otro y terminamos aquí en Mazatlán… pues es que vengo con mi esposo, que es de aquí. Vinimos a su tierra”.

Sheinbaum estuvo acompañada por funcionarios federales y estatales, así como por su esposo, Jesús María Tarriba Unger, economista mazatleco. La visita presidencial marca un intento de reconciliar la imagen de Sinaloa ante el resto del país, poniendo el acento en su capacidad de producción agrícola y la calidez de su gente.

 

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