Con el 14 de julio como fecha límite, cada vez queda menos tiempo para que los productores mexicanos de tomate lleguen a un acuerdo con Estados Unidos sobre las acusaciones de dumping. El estado de Sinaloa se perfila para ser la entidad más afectada si se aplican tarifas compensatorias, ya que es el principal exportador de dicho fruto en el país.

Roberto Bazua, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), comenta para Revista Espejo sobre algunas de las implicaciones que, de concretarse, la imposición del arancel anti dumping al tomate traería para el campo sinaloense. Destaca, por ejemplo, la pérdida del financiamiento extranjero para los productores hortícolas, así como una posible disminución en la producción.

“Un escenario que probablemente pueda suceder es que se termine el acuerdo de suspensión y se establezca la cuota compensatoria del 17.09%. Eso es lo que pudiera suceder de forma realista”.

 

Principalmente impulsado por los productores del estado americano de Florida, existe un pleito legal de larga data entre México y Estados Unidos por acusaciones de dumping a los tomateros mexicanos. Esto implica que los productores estarían introduciendo su fruto al mercado estadounidense con un precio inferior a su costo real, con el propósito de competir de forma desleal con los productores locales. El alegato se ha prolongado durante, por lo menos, 30 años.

En 2019, México y Estados Unidos firmaron un acuerdo de suspensión que detuvo temporalmente la disputa comercial por el tomate. Sin embargo, en 2025, la amenaza de sanciones antidumping vuelve a cobrar fuerza, impulsada por las políticas proteccionistas del gobierno de Trump.

Según el presidente de la AARC, del otro lado de la frontera se busca que el tomate de Florida alcance el 70% del mercado y el mexicano se limite al 30%, cuando actualmente ocurre lo contrario.

Las consecuencias de esta tarifa serían especialmente devastadoras para Sinaloa, cuyas exportaciones de tomate alcanzaron un valor de 1066 millones de dólares en 2023, con los Estados Unidos como principal destino. Esto significa que, si todo el tomate sinaloense fuera gravado con el arancel de 20.91%, el producto tendría un sobrecosto de aproximadamente 223 millones de dólares al año, lo que devendría en una pérdida considerable de la competitividad del producto en el mercado internacional.

Además de esta previsible caída en la demanda por el encarecimiento del tomate, Bazua prevé más efectos negativos para el campo sinaloense. Ante la pregunta de cómo cree que la forma de operar de los productores cambiaría, responde:

“Definitivamente va a cambiar porque normalmente los programa de siembra de tomate con distribuidores en Estados Unidos se hacen muchas veces con financiamiento de allá. Entonces, si le pones el costo extra de estas cuotas compensatorias, los inversionistas que le meten dinero al tomate en Sinaloa van a disminuir esa inversión“.

 

Frente a esta amenaza, explica que no existe un plan concreto para mitigar los efectos que la probable imposición de la cuota traería para la economía del agro sinaloense. Sin embargo, sí declara que existen ideas que hoy se barajan, con el objetivo de hacer frente a esta situación.

“Algunas ideas pudieran ser disminuir en un porcentaje las exportaciones de tomate de México. De alguna forma ponernos de acuerdo a los productores. No mandar ciertas calidades en ciertas épocas, esa pudiera ser una”, comenta.

 

En términos generales, describe el actual panorama de la horticultura sinaloense como de incertidumbre. Aunque destaca que ha existido una buena coordinación entre niveles de gobierno para las negociaciones, prevé afectaciones económicas.

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