El aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad que transitan por México se estanca durante la adolescencia, debido a las desventajas que enfrentan para continuar con su educación luego de abandonar su país.

“Los resultados muestran tendencias consistentes en todos los dominios –lecto-escritura, aritmética, aprendizaje socioemocional (SEL) y función educativa–, destacando tanto la progresión relacionada con la edad como el estancamiento preocupante durante la adolescencia”, anticipa Save the Children en el resumen ejecutivo de su informe Medición de los resultados de aprendizaje de niñas, niños y adolescentes forzados a huir.

Esto quiere decir que el desarrollo de las habilidades fundamentales mejora con la edad, pero en el caso de las infancias en movilidad se estanca durante la adolescencia. Mientras que las y los niños más jóvenes (de 4 a 8 años) muestran las competencias esperadas en las primeras etapas, los grupos de mayor edad (de 9 a 13, y de 14 a 18) obtienen mejores resultados en todos los ámbitos.

Sin embargo, las diferencias entre los dos grupos de mayor edad son marginales, lo que sugiere que la progresión del aprendizaje se ralentiza durante la adolescencia temprana. Las infancias y adolescencias de todos los grupos de edad se desempeñan bien en las tareas básicas, pero tienen cada vez más dificultades en tareas complejas.

Por ejemplo, mientras que el 90 % de las y los adolescentes de 14 a 18 años puede entender el significado de palabras sueltas, únicamente el 60 % demuestra una comprensión lectora completa.

“El aprendizaje socioemocional (SEL) y la función ejecutiva muestran fortalezas tempranas, pero ganancias limitadas en los grupos de mayor edad. Sólo el 42 % de las y los adolescentes de 14 a 18 años demuestran los dos niveles más altos de empatía. La función ejecutiva es similar: aunque la memoria a corto plazo mejora con la edad, la de trabajo se estanca, mientras que casi el 90 % de las y los adolescentes no logran recordar e invertir cuatro o más elementos”, describe el documento.

Las brechas de aprendizaje y el estancamiento de las y los adolescentes de mayor edad destacan el riesgo de exclusión de la educación formal, alerta la organización. Una parte considerable de las y los adolescentes de 14 a 18 años de edad permanece en las categorías de competencias más bajas, lo que incluye a un 27 % que únicamente tiene conocimientos básicos de aritmética.

Lo anterior sugiere, de acuerdo con las mediciones de Save the Children, que las infancias y las adolescencias mayores pueden necesitar un apoyo adaptado para recuperar las oportunidades de aprendizaje perdidas e integrarse con éxito a las vías educativas.

¿Cómo se obtuvieron los resultados de aprendizaje en infancias en movilidad?

Al ser México tradicionalmente país de origen y tránsito para personas que migran, más de 140 mil solicitudes de asilo fueron presentadas en 2023, de las que de infancias y adolescencias representan casi la cuarta parte.

Durante 2024, un total de 108 mil 444 eventos de niñas, niños y adolescentes en situación migratoria irregular se registraron en México, la mayor parte (42.7 %) provenientes de Venezuela, seguido por Ecuador, Honduras y Colombia, de acuerdo con el tablero interactivo de la Unidad de Política Migratoria y la Organización Internacional de las Migraciones.

Esta población, apunta el estudio de Save the children, sigue enfrentando barreras institucionales, lingüísticas y socioeconómicas para la inscripción escolar y continuidad del aprendizaje. Por ello, junto con ACNUR, la organización emprendió en 2024 una iniciativa para medir sus competencias.

Esto dirigido a las habilidades en lectoescritura, aritmética, aprendizaje socioemocional y función ejecutiva entre las infancias y adolescencias en movilidad, a la que nombraron HALDO (Evaluación Holística del Desarrollo y los Resultados del Aprendizaje) on the Move, herramienta diseñada para evaluar los resultados del aprendizaje en contextos de crisis y para informar las estrategias de educación inclusiva.

La evaluación, de acuerdo con la organización, capta tanto el estado de aprendizaje como las necesidades de desarrollo individualizadas de las infancias y adolescencias refugiadas, solicitantes de asilo y desplazadas internas de entre 4 y 18 años.

Esta se aplicó en 2024 en tres ciudades mexicanas con un elevado número de llegadas de personas en situación de desplazamiento forzado: Tapachula, Chiapas; Tijuana, Baja California y Monterrey, Nuevo León. Tapachula como punto de entrada de la mayor cantidad de solicitudes de asilo, Tijuana una ciudad fronteriza del norte y destino para grupos de movilidad humana, así como centro de tránsito, y Monterrey, destino emergente para el asentamiento y la integración.

Recomendaciones para el aprendizaje en infancias y adolescencias en movilidad

Con base en los resultados de la medición, Save the Children apunta que es indispensable garantizar la continuidad del aprendizaje mediante intervenciones específicas, adaptar las evaluaciones e intervenciones a diversos perfiles de edad y protección, ampliar la recopilación de datos para fundamentar las estrategias de educación inclusiva, promover el compromiso de padres y madres y de las instituciones, así como reforzar la capacidad institucional y la coordinación.

Al respecto, Save the Children detalla que es indispensable reforzar los programas de Educación en situaciones de emergencia (EiE) en espacios de apoyo temporal para mitigar la pérdida de aprendizaje durante los desplazamientos.

Del mismo modo, remarca la necesidad de reforzar estrategias que promuevan la inscripción escolar, la continuidad de las y los estudiantes, al igual que la participación, incluido el apoyo a los espacios de aprendizaje basados en la comunidad, como el aprendizaje extraescolar y los clubes de tareas.

Todo ello debe apuntar a reducir la brecha entre los sistemas de educación temporal y formal, en particular para las y los adolescentes que tienen mayor riesgo de atrasarse.

De la misma manera se sugiere de forma específica aumentar la colaboración con las autoridades educativas locales, la Comisión Mexicana de Refugiados (Comar) y las comunidades de acogida para promover la inscripción escolar y el reconocimiento de los aprendizajes previos.

Además, proponen seguir fomentando las asociaciones entre organizaciones no gubernamentales y entidades de la administración pública para garantizar que la educación siga siendo un componente central de los esfuerzos de protección e integración.