Entre 18 y 20 empleados de la planta Coca-Cola Culiacán han sido objeto de atentados mientras realizaban sus labores, desde amenazas hasta golpes, a partir del inicio de la crisis de seguridad en Sinaloa en septiembre de 2024.

“Les quitan las hojas de los clientes, checan, y les dicen: «vamos con este cliente, le cobras y me lo traes»”, dice un testimonio anónimo.

 

El líder de la sección 73 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora, Jaime Álvarez, confirmó a Espejo la cantidad de empleados que han sido alcanzados por violencia.

Se trata de los choferes de ruta foráneos, quienes reparten el producto a las comunidades de las afueras de la ciudad, quienes han estado más expuestos a este tipo de incidentes. Otro miembro del sindicato que decidió permanecer anónimo confirmó que recientemente la sindicatura de Villa Juárez, Navolato, ha llegado a ser el escenario de incidentes de mayor gravedad.

Uno de los reportes relata, por ejemplo, como los criminales retienen a los conductores y exigen la lista de clientes deudores. Una vez ubicada la persona, envían al trabajador a cobrar para posteriormente quedarse con el dinero pagado.

Son compañeros que nada más van a ganarse el pan”, lamenta el líder sindical.

 

Aunque no se han presentado heridos de gravedad, algunos de los empleados víctimas de atentados han precisado atención médica y psicológica posterior a las agresiones.

Por parte del sindicato, esto ha ameritado impedir la salida de los trabajadores a las zonas de mayor riesgo. Además, se ha urgido la coordinación de la empresa franquiciataria, Grupo Arca Continental, con las autoridades locales de seguridad para buscar mecanismos que brinden de mayor certidumbre al trabajador foráneo.

Aunque Álvarez reporta que los avances en materia de seguridad han sido positivos, no hay detalles sobre estos.

El 11 de septiembre, a pocos días del recrudecimiento de la guerra, un camión de reparto de Coca Cola fue incendiado y utilizado para bloquear una vialidad en el sector Barrancos.

Óscar Loza Ochoa, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sinaloa, confirmó a Espejo la existencia de incidentes violentos relacionados con choferes y vendedores de ruta.

Ya se han registrado algunos hechos en los que han despojado de unidades móviles a trabajadores de empresas. No he sabido que en el despojo haya habido más allá del acto de violencia que implica el mismo acto, como alguna víctima fatal”

 

Ante la proliferación de este tipo de atentados, el funcionario comenta que es obligación de las empresas el crear estrategias para salvaguardar la integridad de colaboradores, en coordinación con las fuerzas de seguridad.

Negó conocer sobre detalles específicos del caso de Coca-Cola Culiacán.

Para la elaboración de esta nota, Espejo intentó contactar con el corporativo Arca Continental, sin embargo, el contacto fue negado al considerarse cuestiones “ajenas a la empresa”, en palabras de la gerente de asuntos públicos.

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