Mario Haroldo Robles, director del Instituto para la Investigación y Defensa de las Hortalizas, considera que la coyuntura comercial que se vive con Estados Unidos realza la necesidad del desarrollo de la industria en Sinaloa, así como de diversificar los mercados a los que se vende la producción regional.

Hay que salir de esta zona de comfort que nos da la cercanía con Estados Unidos, y la preferencia que tienen nuestros productos en el mercado estadounidense. […] También hay que buscar opciones de darle valor agregado al producto. Hay opciones de transformación del producto en pasteurización, congelados, deshidratados, en la industria farmacéutica. Incluso, oportunidades de valor agregado que tengan opciones de exportación” dice el también integrante de las comitivas mexicanas para las negociaciones del Acuerdo de Suspensión del Tomate con Estados Unidos, en entrevista para Espejo.

 

Sinaloa, con un fuerte motor hortícola exportador, ha quedado en medio de las disputas comerciales iniciadas desde el ascenso al poder del presidente Donald Trump y sus políticas proteccionistas del otro lado de la frontera.

Con la terminación del Acuerdo de Suspensión del Tomate, un tratado cuya versión original data desde hace casi 30 años y servía como la hoja de ruta con base en la que se construyo la industria tomatera en Sinaloa, entraron en vigor aranceles al tomate mexicano, amenazando la competitividad del producto en el mercado estadounidense.

Aunque el gobierno de México, por medio de la Secretaría de Economía y la Secretaría de Agricultura, ya ha emprendido medidas de precios mínimos para mantener el ordenamiento de la oferta de tomate para exportación, se sigue esperando que el arancel vigente en Estados Unidos reste atractivo al producto mexicano por el alza en el precio al consumidor final que este implica.

Entre las consecuencias por la imposición de la tarifa compensatoria que líderes agrícolas en Sinaloa han citado, está la disminución de inversión extranjera en la producción de tomate en la región, probable impacto a la rentabilidad de los productores y, por ende, al empleo que generan.

Ante este escenario de incertidumbre, es que Haroldo Robles considera necesario impulsar el desarrollo de una industria de manufactura, de modo que Sinaloa no solo cultive, empaque y distribuya, sino que sea posible procesar los productos frescos para añadirles valor.

Aunque en el estado sí hay procesos de manufactura, sigue existiendo un enorme margen de desarrollo. De acuerdo con el Consejo de Desarrollo Económico en Sinaloa, se tienen detectados más de 55 mil empleos potenciales que podrían generarse en el sector industrial, la mayoría en la región centro y norte.

¿Qué se necesita para desarrollar la industria en Sinaloa?

 

Haroldo Robles explica que industrializar el estado es una tarea compleja. “Ojalá fuera tan fácil como uno quisiera“, reconoce. Entre las principales dificultades menciona, por ejemplo, que no hay una producción constante a lo largo del año de un fruto en particular, pues esta sigue estando sujeta a las temporadas del año. Por ello, sería necesario crear cadenas de valor que se adapten y aprovechen la temporalidad agrícola de los diferentes cultivos.

No podemos tener una industria que abrimos en diciembre y la cerramos en mayo porque ya no hay producción local. Pero sí hay otras opciones de procesamiento que podemos aprovechar en las épocas que no hay producción aquí, procesar otras cosas que se complementan con el periodo”, dice.

 

Con todo, él asegura que es posible, pues existen las condiciones. “Sí existen los factores de aglomeración, la factibilidad ahí va a estar”, comenta.

Desde el 2019, Codesin tiene establecidos cinco pasos con los que, asegura, Sinaloa puede convertirse en un nuevo destino de la inversión manufacturera en México.

Estos son: establecer instrumentos de apoyos directos a la inversión, promover el establecimiento de parques industriales clase A, crear reservas territoriales para ubicar las industrias, desarrollar una estrategia de capital humano y consolidar la estrategia de promoción de inversiones del estado.

Seis años después, las estrategias estatales en estos aspectos no han resultado en una reestructuración sustancial del tejido económico sinaloense.

En el último plan municipal de desarrollo de la capital del estado, correspondiente al periodo 2025-2027, el desarrollo industrial no fue incluido como un eje prioritario de la administración.

Más información sobre economía en Sinaloa: