Las acciones que anunciaron los alcaldes de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, y de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez, en materia de construcción de paz desde la ciudadanía mediante la cultura, deporte y recreación requieren de la atención y participación de los sinaloenses pues se trata de la vía más factible para recobrar la armonía y civilidad perdidas desde hace casi un año.

Los gobiernos locales, tanto el estatal como los municipales, están obligados a asumir las responsabilidades propias de cada ámbito en el gran objetivo de la pacificación, paralelamente con las labores militares y policiales enfocadas a contener a los grupos delictivos que libran la guerra interna en el Cártel de Sinaloa provocando la delincuencia consecuencias generalizadas en lo económico y social.

Después de reunirse en la Ciudad de México con José Luis Rodríguez Díaz de León, subsecretario de Política Criminal y Protección Civil de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el presidente municipal de Culiacán anunció la implementación de un plan estratégico para atender las causas que afectan a la niñez y juventud, con acciones culturales, deportivas, educativas y de reactivación económica.

En el mismo sentido, en Mazatlán la alcaldesa Estrella Palacios dio a conocer el funcionamiento en el Parque Central del “Sendero de Paz” que será parte de la Estrategia Nacional de Seguridad impulsada por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lo cual significa que el espacio fomente la intervención ciudadana en lograr tranquilidad y legalidad a través de talleres, cursos de medio ambiente, protección animal y actividades de convivencia familiar.

Las políticas públicas en materia de cultura, deporte y convivencia ciudadana deben recibir la atención adecuada sin la vieja noción en gobernantes que las percibían a la ligera, poco importantes y por lo tanto rezagadas en la asignación de recursos públicos. Acudir al cultivo de las artes, disciplinas deportivas, conocimiento y coexistencia inclusiva no es cosa trivial ni de mínima prioridad; es la única manera de que volvamos a vivir con paz positiva en Sinaloa.