Bahía de Ohuira.- La lucha de los pueblos Mayo Yoreme en defensa de su territorio ha tomado un nuevo impulso con la designación del puerto de Topolobampo como un Polo de Desarrollo para el Bienestar

La visita de activistas ambientales el pasado 23 de agosto reactivó la rebelión de los habitantes de la bahía de Ohuira en su lucha de más de una década contra la transformación de su hogar en una zona invadida por la industria petroquímica.

“Esto ya inició, ya encendimos la mecha y no hay que dejar que se apague”, dijo Felipe Montaño, gobernador tradicional, tras la visita.

Desde hace 12 años, habitantes de las comunidades de Paredones, Lázaro Cárdenas y Ohuira, junto a activistas y científicos en el colectivo Aquí No, mantienen una lucha legal contra la instalación de una planta de amoniaco a la que señalan de cometer diversas irregularidades.

Entre estas, el realizar una consulta indígena ‘amañada’, adquirir terrenos federales de manera irregular, e invadir y talar manglar de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat). Todo con la complicidad u omisión de las autoridades.

Pero con la designación como un Polo de Desarrollo para el Bienestar, como parte del Plan México del Gobierno Federal, más megaproyectos energéticos y extractivos buscan llegar a la región.

Los principales, una planta de metanol de la empresa estadounidense Transition Industries LLC; una planta de Hidrógeno y Parque Fotovoltaico, de la española Tango Solar; y una planta de licuefacción de gas metano de la estadounidense Sempra Energy. Además del proyecto de exploración minera Oroco Resource Corp en Choix, al norte del puerto.

Mapa de amenazas, realizado por Geocomunes.

Esta arremetida industrial contra uno de los humedales más diversos del país, motivó a activistas de las organizaciones Conexiones Climáticas, GeoComunes y la Fundación Rosa Luxemburgo, a realizar una visita a Topolobampo y las comunidades Mayo-Yoreme Paredones, Ohuira y Lázaro Cárdenas.

Y los temas que trataron junto a personas indígenas, activistas, científicos y universitarios fueron los potenciales impactos de los proyectos en el noroeste, las amenazas al Golfo de California por los proyectos de licuefacción de gas y los proyectos de hidrógeno como una falsa solución a la crisis climática y la transición energética.

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Topolobampo.

Arrancó la gira

La gira inició el viernes 22 de agosto. El Puerto de Topolobampo recibió a los activistas con una fuerte lluvia que se colaba entre las tejas de los mariscos Grecia, donde fue el primero de los encuentros informativos.

Ahí, Isabel Velázquez, Luis Fernando Pérez e Iván Martínez, de GeoComunes; así como Claudia Campero, de Conexiones Climáticas, compartieron a los presentes información y estrategias de comunicación sobre los megaproyectos que buscan instalarse en la bahía.

Mientras que Velázquez habló sobre la falsa solución de los proyectos de hidrógeno verde (como el proyecto Tango Solar), y las afectaciones sobre el territorio que los parques de celdas solares ya han provocado en otras regiones; Luis Fernando explicó a los presentes como la política energética mexicana ha llevado al país a depender del gas metano estadounidense.

Esto en detrimento de la salud ecosistémica y humana en los territorios por los que atraviesan los gasoductos y se ubican las plantas de licuefacción, como la que Sempra Energy busca instalar en la bahía.

Por su parte, Iván Martínez contó cómo, a pesar de llevar alrededor del 60 por ciento de avance, la ciudadanía logró sacar a la cervecera Constellation Brands en Mexicali mediante una consulta ciudadana, e invitó a los presentes a no rendirse ante los 12 años de lucha contra GPO.

“¿Por qué menciono esto? Conocemos el proyecto de la planta de amoniaco y me dicen que ya está avanzada y eso a veces nos desanima, pero quiero decirles que sí se puede. Aunque ya tenga avances, si la gente se une y la organización crece es posible cancelar estos proyectos”, compartió.

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La académica Diana Cecilia Escobedo, miembro de la Red de Medio Ambiente del IPN y acompañante de esta lucha, agradeció a los activistas el que hayan volteado a ver al norte de Sinaloa.

“Ha sido un camino difícil y hoy gracias, desafortunadamente, a la gran cantidad de proyectos económicos que ha planeado el Gobierno Federal en esta zona es que estamos aquí, añadió.

Efrén Lugo, miembro de la organización feminista defensora de derechos humanos ProDESC y anfitrión del encuentro, reconoció que estos proyectos los van a atravesar ‘de muchas maneras con las que no estamos de acuerdo’.

“Los que estamos aquí amamos la tierra, amamos el mar, amamos nuestras especies y nuestras costumbres y tradiciones, y es muy complejo ver como por cuestiones de intereses políticos o económicos se ponen en riesgo”, añadió.

 

¿Camarones o Gas?

Tras la exposición de GeoComunes, Claudia Campero compartió las estrategias de comunicación que Conexiones Climáticas ha realizado en torno a la campaña ¿Ballenas o Gas?, que busca comunicar los riesgos de la política de exportación de gas que ha emprendido el gobierno mexicano, y que tiene en Topolobampo al proyecto Vista Pacífico.

Campero señaló que la elección del nombre de la campaña “¿Ballenas o Gas?” busca comunicar la complejidad de todo lo que sucede en el Golfo de California a través de está dicotomía.

“Porque si transformamos el Golfo de California en lo que lo quieren hacer, una zona industrializada para el gas, entonces ya no podría ser el paraíso que es”, y las ballenas sufrirían consecuencias como colisiones y afectaciones por el ruido.

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Claudia Campero.

Las ballenas son grandes aliadas de esta conversación, añadió. Pero también se puede hablar de las tortugas o las aves para llegar a más personas y mover más voluntades.

Al finalizar, un asistente tomó la palabra sugiriendo comunicar más los riesgos a la salud; pero ante esto, Campero contó cómo a pesar de lo escalofriante de las afectaciones por el gas, las personas no se movilizan con este mensaje. “Hemos trabajado en los daños a la salud y lo seguimos haciendo, pero no tenemos el mismo impacto”.

En temas de comunicación, entre más sencillo sea el mensaje, nos va a ayudar a llegar más lejos. y ballenas o gas es una dicotomía, o escoges una o escoges la otra, ¿Cuál quieres?”.

Para cerrar el evento, Diana Cecilia Escobedo propuso retomar el mensaje, pero transformarlo. “Voy a proponer que vamos a hacer ¿Camarones o Gas?”.

Luego de este primer encuentro, los activistas recorrieron la bahía para conocer de primera mano el avance de la planta de GPO; así como la riqueza natural que sus aguas resguardan con múltiples especies de aves costeras, verdes y tupidos manglares y el saltar intempestivo de los camarones.

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Planta de GPO en construcción.

Recorrer el territorio

Este encuentro se repitió cuatro veces más. El sábado 23 en el auditorio de la Universidad Autónoma Indígena de México (UAIM), en Ohuira y en Lázaro Cárdenas. El domingo, el encuentro fue por la mañana, en la cooperativa pesquera Eustaquio Urías, en Paredones.

Desde ese día, se sumó también Gerold Schmidth, director de la Fundación Rosa Luxemburgo, a quién Susana Quintero, una de las mujeres que ha encabezado la lucha, le pidió llevarlos a Alemania para elevar su mensaje ante aquel país, donde surge la inversión para la planta de GPO.

Una de las esperanzas de los pueblos en resistencia es que, si se logra detener la planta de amoniaco, los empresarios internacionales darán marcha atrás a los demás proyectos.

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Niño comparte materiales informativos a los presentes durante visita de organizaciones al ejido Ohuira.

En estos sitios, los asistentes se mostraron receptivos a la información recibida. Felipe Montaño, gobernador tradicional, invitó a los presentes a seguir apoyando y sumándose a la lucha.

“No dejemos que se apague este impulso. Vamos planteando ¿qué sigue? No se puede quedar nomás en la información, tenemos que hacer algo. Todos tenemos algo para aportar”, invitó Montaño al finalizar la última charla.

“Esto ya inició, ya encendimos la mecha y no hay que dejar que se apague”, agregó.

Susana, Luis Fernando, Iván y Claudia, tuvieron la oportunidad de comer pescado y camarones de la bahía, conocer la multitud de aves que se reúnen en la isla de patos e incluso observar delfines, águilas pescadoras, golondrinas mangleras y más de lo que este cuerpo de agua, territorio sagrado durante siglos para los Mayo-Yoreme, tiene para ofrecer. Y que, advierten, está en riesgo por los múltiples proyectos que buscan llegar a la zona. 

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Aquí No, se lee en una pared en la comunidad Lázaro Cárdenas.

Días después, durante una capacitación para inmobiliarios sobre permisos ambientales en Culiacán, los delegados de la Profepa y Semarnat en Sinaloa desestimaron la visita. Mientras que Marco Moreno León, delegado estatal de la Profepa, desestimó la información compartida por los activistas como suposiciones e ideas. Renato Ocampo, delegado de la Semarnat, dijo que ni se enteró.

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