El asesinato de otro elemento de la policía municipal de Culiacán y el robo de vehículos ahora de manera masiva, hacen que sea imposible sotener el discurso de mejor seguridad pública al que se refirió la presidenta Claudia Sheinbaum al rendir el lunes su segundo informe de labores.

Podría ser verdad que existe una ligera baja en delitos que tienen que ver con la violencia derivada del conflicto interno en el Cártel de Sinaloa, como es el caso de los homicidios dolosos, pero otros ilícitos como la privación ilegal de la libertad de personas, el despojo de carros y los hechos de alto impacto operan para que la sociedad perciba más la violencia que los esfuetzos de construcción de paz.

En su informe, Sheinbaum afirmó que en México los delitos de más impacto para la ciudadanía presentan la reducción nacional de 20 por ciento en 11 meses, con 25 por ciento menos homicidios, del 31 por ciento en robo de vehículo con violencia y del  34 por ciento en feminicidios, así como dijo esperar grandes avances en el combate de la extorsión.

Culiacán, la ciudadnque se prepara para salir a las calles a exigir seguridad pública,  registró el lunes el atentado con armas de fuego que le quitó la vida a un policía municipal en el sector Villa Bonita, y el despojo de cinco vehículos en el mismo acto delincuencial, en la zona sur, por la carretera México 15.

Entre las tantas emergencias que enfrenta Sinaloa una de ellas consiste en empatar el discurso oficial con la realidad social. Entender que hay presencia de militares, marinos y guardias nacionales tratatando de proteger a la población, pero a la vez ser conscientes de que no se hace lo suficiente todavía para neutralizar a los grupos de delincurncia organizada que a diario persisten en someternos en el miedo y la desesperanza.