Por Amneris Danae Salazar Valencia / danyxsalazar (IG)

Ciudad de México- La tarde de este jueves, la compañía Teatro Línea de Sombra presentó la obra Voces de Centroamérica: las periodistas cuentan, una puesta en escena que busca construir memoria en torno a los costos vitales de negarse a dejar de contar la realidad en la región centroamericana.

La representación se basó en los testimonios de periodistas que hoy residen y ejercen desde la Ciudad de México, quienes, debido a su labor informativa, se han visto obligadas a vivir en el exilio. En esta nueva versión de una obra que ha tenido diversas adaptaciones, las periodistas narraron cómo el simple hecho de reportear las expuso a riesgos que alcanzaron también a sus familias, obligándolas a atravesar momentos de terror únicamente por dedicarse a lo que más aman: contar la verdad.

La función inició con la intervención de dos pioneras del periodismo. Blanche Petrich, periodista mexicana y fundadora del periódico La Jornada, relató cómo cubrió durante décadas los conflictos en Guatemala, El Salvador y otros países de Centroamérica, así como el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas. En el escenario dialogó con María Cortina, corresponsal de guerra, escritora y promotora cultural, quien durante la década de 1980 cubrió especialmente la guerra civil salvadoreña. Su labor la colocó en la lista negra de los escuadrones de la muerte, encargados de asesinar a periodistas, defensores de derechos humanos, opositores y civiles desarmados.

En el segundo acto, Gabriela Selser, periodista y escritora argentino-nicaragüense, compartió con la audiencia su experiencia de doble exilio. El primero ocurrió tras el golpe militar en Argentina, que obligó a su familia a huir a México. Años después, regresó a Nicaragua para enseñar a leer y terminó viviendo allí cuatro décadas, hasta que el régimen de Daniel Ortega la desterró por cubrir el movimiento estudiantil de 2018, al que denominó la “primavera nicaragüense”. Hoy, Selser reside nuevamente en la Ciudad de México, acompañada de su hija y sus mascotas.

En esa misma parte de la obra, la periodista salvadoreña Carolina Amaya relató su experiencia de exilio durante el actual gobierno de Nayib Bukele. Amaya, fundadora del medio digital MalaYerba, especializado en cambio climático, decidió dejar El Salvador para proteger a su familia de represalias. Poco después, tomó el escenario Sergio Arauz, presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador y subjefe de redacción de El Faro, diario de referencia en la región cuya redacción se encuentra mayoritariamente en el exilio debido a la persecución del régimen bukelista contra quienes narran la verdad sobre su gobierno.

Finalmente, intervino Andrea Ixchíu, comunicadora guatemalteca, indígena y ciberactivista del pueblo K’iche’, quien se exilió en México tras sufrir persecución política en su país. Ixchíu ha trabajado como comunicadora comunitaria y defensora de los derechos de las mujeres indígenas y de los territorios ancestrales.

Para cerrar la presentación, compartió con el público una cata de cerveza artesanal “Chicatana” y, junto a las y los organizadores, relató cómo fue posible llevar a cabo esta obra que concluyó con un brindis colectivo. La compañía Lagartijas Tiradas al Sol y Teatro Línea de Sombra agradecieron al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y al Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC) por el respaldo que hizo posible la puesta en escena. Adelantaron, además, que buscarán llevar esta obra a los países de los que provienen las y los periodistas participantes.

Entre el público, los relatos provocaron un profundo impacto. Hubo estremecimientos, silencios cargados de emoción y lágrimas que se ocultaban en la penumbra de la sala. Las voces de las periodistas en el exilio recordaron la vigencia de la verdad y la memoria, incluso cuando se cuentan desde el destierro.