El acuerdo del Consejo Universitario para realizar la consulta en la Universidad Autónoma de Sinaloa respecto a un sistema de jubilación en el cual todos aporten y todos los trabajadores se beneficien, marca un parteaguas en la reingeniería financiera y rescate de la casa de estudios.
La UAS se había aferrado al mecanismo de jubilación dinámica sostenido con recursos que vía subsidios están destinados a mejorar la educación de los 170 mil estudiantes que atiende en sus aulas, sin embargo, ello la llevó a crisis insostenibles.
Es verdad que paralelamente a la implementación del nuevo esquema de jubilación tendrán que realizarse ajustes con la intención de generar confianza en torno a las medidas a aplicar, tales como auditoría a la nomina, recorte de personal de confianza, acciones de austeridad y eliminación definitiva de lastres de índole político.
La mejor manera de resolver las transformaciones que le urgen a la Universidad para acceder a bolsas de financiamiento extraordinario, reconocimiento de la plantilla laboral y mejor inversion del gobierno por estudiante, es con la participación de la comunidad universitaria que legitime las acciones indispensables.
El rescate de la UAS es tarea no sólo de los universitarios sino también de la sociedad en general y para involucrarla se requiere de la voluntad del Rector Jesús Madueña en erradicar vicios que estorban a dicho objetivo común. La reingeniería en la UAS debe ocurrir sin demoras mediante el voto de confianza que sea correpondido con la disposición a que sea revisado y saneado todo.
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