Los cambios realizados por el gobernador Rubén Rocha Moya en las titularidades de las secretarías de Economía, Bienestar y General de Gobierno recalcan la situación de inestabilidad que desde el primer círculo de la toma de decisiones en Sinaloa trasmina hacia el tejido social con la correspondiente incertidumbre, sin faltar la cuota de desconfianza que los ciudadanos le añaden a la frecuente reestructura del aparato público.

El movimiento más sintomático de un Gabinete estatal en permanente renovación es la permuta que se realizó donde el ahora ex secretario de Gobierno, Feliciano Castro, es relevado en el cargo al que llegó a inicios de octubre de 2024 y un año después se le designa como secretario de Economía, área en la cual no presenta trayectoria ni propuesta previa.

En dos cambios que ya se veían venir, Rocha Moya procedió con base a presiones sociales, siendo los casos Ricardo Velarde, ex secretario de Economía sujeto a investigación por hechos de desapariciones forzada que involucran a algunas de sus empresas, así como María Inés Pérez, ex secretaria de Bienestar y Desarrollo Sustentable y presunta responsable de delitos cometidos en el desempeño del servicio público.

Mientras tanto, la designación de Yeraldine Bonilla como secretaria de Gobierno, no debe plantearse desde el enfoque de paridad de género y sí valorarse en cuestión de capacidades y pericias para atender asuntos relacionados con la gobernabilidad del estado que está complicada por la situación de violencia derivada de pugnas en la organización local del narcotráfico.

A pocos días de cumplir cuatro años desde que protestó como gobernador e ingresar al último bienio que traerá complicaciones de índole electorera, Rubén Rocha realiza ajustes y permutas que los gobernados consideran movimientos de la anticipada agenda de renovación del jefe del Ejecutivo Estatal. El sentimiento social está herido, experimenta miedo infundido por el crimen y orfandad asestada por el gobierno, sin que en estos momentos le importen los apetitos de poder que se aprestan a pelear por la estafeta política.