A quien se le haya ocurrido la idea de retirar las lonas en las cuales el colectivo “Por la voces unidas sin justicia” visibilizó a víctimas de desaparición forzada, colocándolas en puentes peatonales de Mazatlán, le pasó de noche el movimiento por los derechos humanos y la lucha social que derivan de una de las principales incidencias delictivas en Sinaloa, antes y durante la actual crisis de la seguridad pública.

Significa la doble aberración de miedo y silencio el hecho de esconder la violencia con fines de decretar la seguridad pública simulada, la que engaña a los ciudadanos ofreciéndoles paz mientras el crimen actúa a la vista de todos y marca un rastro abominable a su paso, esa extraña amalgama de ingobernabilidad y autoritarismo a la vez.

Las madres de hijos desaparecidos procedieron el domingo a realizar la exposición en la vía pública de los rostros de las víctimas, al estar presente en el puerto el gobernador Rubén Rocha en las actividades de la fase Mazatlán del Tour de Francia, sin embargo, en un operativo rápido que contrasta con la lentitud de la procuración e impartición de justicia, las lonas fueron retiradas.

Al parecer, según el colectivo que denunció el atropello a las libertades de expresión y de manifestación, el retiro lo realizó la empresa Display Publicidad, lo cual exime de responsabilidad al gobierno municipal y en caso de ser así las autoridades deben proceder conforme a la ley para evitar que un tema comercial esté encima de las garantías constitucionales.

El Ayuntamiento de Mazatlán y el Gobierno de Sinaloa estarían involucrados en este hecho, por acción u omisión, si de inmediato no toman las medidas y aplican las acciones legales que derivan. Lo lamentable es que el sufrimiento de las familias no puede ser ocultado ante la sociedad afectada por la violencia de la narcoguerra sino al contrario, los perpetradores de las desapariciones  deber ser puestos a disposición de la justicia.