Culiacán, Sinaloa.- Las playas de Sinaloa cumplen con los criterios sanitarios para uso recreativo durante el periodo vacacional de invierno 2025, según los resultados del monitoreo prevacacional realizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
El reporte oficial indicó que la totalidad de los puntos muestreados en el estado fueron clasificados como “aptos”, al registrar concentraciones de enterococos, que es la bacteria utilizada como indicador de contaminación, dentro de los límites establecidos por la normativa sanitaria vigente.
El muestreo se realizó entre finales de noviembre y los primeros días de diciembre en playas de Mazatlán, Navolato, Ahome, Guasave, Culiacán y Escuinapa, abarcando zonas de alta afluencia turística y recreativa. En todos los casos, los resultados se ubicaron por debajo del umbral máximo permitido de 200 NMP por cada 100 mililitros de agua de mar.
En Mazatlán, por ejemplo, playas como Zona Dorada, Cerritos, Olas Altas, Playa Norte e Isla de la Piedra reportaron valores que oscilaron entre 10 y 16 NMP/100 mL, mientras que en Nuevo Altata y El Tambor, en el municipio de Navolato, los niveles se mantuvieron en rangos similares. Resultados equivalentes se registraron en El Maviri (Ahome), Las Glorias (Guasave), Playa Ponce (Culiacán) y Las Lupitas y Las Cabras-Isla del Bosque (Escuinapa).
Beatriz Aguiar Monroy, titular de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Sinaloa (COEPRISS), señaló que estos resultados derivan de un esquema de vigilancia sanitaria permanente, que se intensifica durante periodos de mayor afluencia turística.
“La coordinación entre instancias federales, estatales y municipales permite garantizar condiciones seguras para el uso recreativo de las playas”, afirmó.
La autoridad sanitaria estatal llamó también a la población y a los visitantes a contribuir al cuidado de las playas, evitando la disposición inadecuada de residuos y atendiendo las recomendaciones oficiales, con el objetivo de prevenir focos de contaminación.
El monitoreo de la calidad del agua de mar forma parte de una estrategia nacional de vigilancia sanitaria, cuyos resultados son públicos y permiten dar seguimiento al estado ambiental de las playas del país, particularmente en temporadas vacacionales.
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