“Es mejor estar en la cárcel que seguir aguantando los golpes y que me obliguen a acostarme con hombres a diario”, confesó Ana, una mujer maya de Yucatán, víctima de trata de personas, que se encuentra en prisión preventiva desde hace más de una década en espera de sentencia.
Por Claudia Victoria Arriaga Durán.
Ilustraciones de Houston Ortegón Casanova.
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