Culiacán, Sinaloa.- En el mundo de la atención médica, donde la calidad y la accesibilidad son pilares fundamentales, Diana Yadira Calva Espinosa se destaca en la dirección de laboratorios clínicos y estudios complementarios en Salud Digna. Desde su posición en la empresa tiene la responsabilidad de garantizar la operatividad de todos los laboratorios en México y las sucursales en Latinoamérica, en Guatemala, El Salvador y Managua.

Con la trayectoria de una década en la organización, ha pasado por un viaje de crecimiento y desafíos. Comenzó como gerente de laboratorio clínico y ascendió a la posición de directora, siendo testigo de la expansión de la empresa de 17 a 215 estancias a nivel nacional. Su llegada a Sinaloa, lejos de su ciudad natal, fue un desafío personal que abordó con el apoyo de su esposo y una visión clara de contribuir al ámbito profesional.

En entrevista para Espejo Negocios, revela que la calidad es la piedra angular de Salud Digna, un principio al que se aferra firmemente. Bajo su supervisión, seis gerencias trabajan para mantener altos estándares en todos los aspectos del servicio de laboratorios. Desde la capacitación del personal hasta la automatización de procesos, cada paso se orienta hacia la satisfacción del paciente.

Diana dice que la verdadera pasión de Salud Digna radica en su compromiso con la comunidad. Con iniciativas como la campaña de detección de cáncer de mama en colaboración con BBVA, la empresa no solo proporciona servicios de salud, sino que también marca la diferencia en la vida de las personas. Además, la implementación de tecnologías como la inteligencia artificial ha revolucionado la precisión y la eficiencia de los diagnósticos, lo que lleva los diagnósticos oportunos a nuevas alturas.

Añade que detrás de cada logro de la institución hay aliados estratégicos como las empresas Roche, Becton Dickinson y Licon, cuya colaboración ha sido fundamental para mantener la accesibilidad de los servicios médicos. Con precios estables y negociaciones justas, Salud Digna se esfuerza por mantener un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y el cuidado del paciente.

El desafío de ser ejecutiva, esposa y madre

 

En el ajetreo constante de la vida corporativa, no es posible encontrar un equilibrio entre la carrera profesional y la vida familiar. Al menos así lo considera Diana Calva, mujer dedicada y apasionada por su trabajo, que enfrentó el dilema de convertirse en madre mientras se sumergía en su carrera profesional.

Tras años de postergar la decisión, finalmente decidió dar la bienvenida a su primer hijo en 2016. Sin embargo, esta elección no estuvo exenta de preocupaciones y desafíos logísticos. Como ella misma describe, el ritmo frenético y demandante del mundo laboral no permite tregua, lo que obliga a cuestionarse cómo combinar la maternidad con las responsabilidades laborales.

La partida de su madre a causa del cáncer agregó una nueva dimensión a esta lucha interior. Consciente de la importancia de dejar un legado para sus hijos, Diana se comprometió a darles un hermano, una decisión arraigada en su deseo de brindarles compañía y apoyo mutuo para el futuro.

Sin embargo, reconoce que el equilibrio perfecto entre el trabajo y la familia es una ilusión. Su experiencia le ha enseñado que no se puede dividir la atención en partes iguales entre ambos roles. En cambio, aboga por entregarse por completo al momento presente, ya sea en la oficina como ejecutiva o en casa como madre y esposa.

“Yo creo que tienes que estar en el momento en el que estás, aquí ahorita yo estoy trabajando, estoy con proyectos muy grandes en Salud Digna, me apasionan, los hago, funciona y trabajo para ellos; y cuando estoy en mi casa soy la mamá de Diego, la mamá Esteban, y la esposa de César al 100 por ciento, y mis ojos, mi mente, mi corazón, mi tiempo, y mis manos son de ellos. Yo creo que la mujer que esté buscando tener un equilibrio personal y profesional se va a frustrar y va a sufrir y va a llorar todos los días porque no existe, no existe, no hay manera”.

 

La cultura de apoyo en Salud Digna ha sido fundamental para Diana. La empresa no solo valora su desempeño profesional, sino que también se preocupa por su bienestar personal y familiar. Esta flexibilidad le ha permitido priorizar a su familia en momentos de necesidad sin comprometer su trabajo.

“Oye, Esteban está enfermo, yo voy a estar conectada, pero voy a ir al pediatra, y agarro mi bolsa y me voy y no va a pasar absolutamente nada, porque mis ojos están en la enfermedad de mi hijo. Ah, pero yo regreso y soy Diana la doctora, la profesional, la que tiene que hacer la tarea. Al final cada quien encuentra su dosis, pero la mía está en eso, allá en la casa soy la mamá, la esposa, la señora, y la mujer. Y aquí soy la profesional y en ese papel estoy, porque querer equilibrar eso no es posible. El tema está en estar donde tienes que estar, en cuerpo y alma”.

 

El legado de compromiso y excelencia inculcado por su padre sigue siendo un faro guía para Diana. Su filosofía de vida se resume en la búsqueda constante de la excelencia, ya sea en el ámbito profesional o personal. Para ella, el éxito no llega por casualidad, sino como resultado del esfuerzo y la pasión dedicados a cada tarea.

Puntualiza que el verdadero equilibrio no radica en dividir la atención de manera uniforme, sino en entregarse por completo a cada aspecto de la vida con pasión y dedicación. Que en un mundo donde las barreras son principalmente mentales, el compromiso y la determinación son las llaves que abren las puertas hacia el éxito, tanto en el trabajo como en el hogar.

Pasión, compromiso y crecimiento

 

En el año 2023, Salud Digna llevó a cabo la asombrosa cifra de 150 millones de estudios de laboratorio clínico, un logro monumental que refleja su incansable dedicación a la salud de la comunidad. Con 215 sucursales a nivel nacional, se enfrenta a un reto sin precedentes: ¿cómo mantener la calidad y el estándar de excelencia en medio de un crecimiento tan vertiginoso?

Para Diana, líder comprometida y apasionada, la respuesta radica en la preparación constante y en el empoderamiento de su equipo. Reconoce la importancia de mantener un equilibrio entre la exigencia y el apoyo, con un liderazgo que se caracteriza por estar siempre presente para su equipo, asegurándose de que cada profesional se sienta valorado y reconocido.

 

“Yo busco que mi equipo tenga un equilibrio. Creo que cuando tú haces que la gente sienta lo que sientes tú al estar en un lugar, se logra que sienta la misma pasión. Yo así les transmito las tareas y ellos logran sentir lo que yo siento, yo creo que está en dos que el profesional ejecute lo que tiene que hacer, entendiendo la misión y apasionándose de ella… porque Salud Digna no es un trabajo cualquiera, es un trabajo diferente, de pasión, de compromiso, de dedicación y creo que yo logro hacer que ellos sientan eso”, comparte Diana con convicción.

 

Ante el desafío de mantenerse al ritmo de un crecimiento acelerado, Diana lidera con determinación y visión. Su compromiso con la excelencia y su capacidad para inspirar a otros hacen de Salud Digna no solo una institución de salud, sino un verdadero símbolo de pasión y dedicación en el sector.

“Es fundamental que cada integrante de nuestro equipo se sienta feliz y realizado en su labor”, explica Diana. “Cuando trabajamos juntos hacia un objetivo común, se refleja en nuestro espíritu y en los resultados que logramos”.

¿Cómo lo hace? Busca estar para ellos, porque reconoce que un profesional en cualquier área se quiere sentir valorado e importante, y es lo que ella procura siempre, que su equipo se sienta valorado y reconocido, que sus logros se presuman, que esté aprendiendo constantemente.

Calva Espinosa define que el éxito de Salud Digna no se mide solo en números, sino en el impacto que tiene en la vida de las personas a las que sirve. Pero, además, detrás de cada estudio de laboratorio, hay un equipo de profesionales comprometidos que comparten una visión: brindar atención médica accesible y de calidad a todos.

El compromiso Salud Digna en la Batalla contra el COVID

 

Durante la pandemia de COVID-19 el enfoque diferenciado de Salud Digna lo convirtió en un pilar fundamental en la lucha contra el virus. La directora de laboratorios clínicos y estudios complementarios relata cómo el equipo enfrentó los desafíos desde el primer momento. El 16 de marzo, mientras el país se sumía en la incertidumbre, decidieron actuar.

Recuerda que, en un acto de anticipación y valentía, se trasladaron a la Ciudad de México para aprender sobre las pruebas de COVID-19 en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE). Al regresar a Sinaloa, se encontraron con la realidad del virus en su propia puerta.

Con determinación, Calva Espinosa construyó un laboratorio de biología molecular en solo dos semanas, convirtiendo a Salud Digna en el primer centro avalado por el InDRE para realizar pruebas de COVID-19. Sin embargo, los desafíos no terminaron ahí, el suministro escaso y los costos elevados de los insumos pusieron a prueba el ingenio y capacidad de negociación de todos.

“Entonces conocí a un proveedor que se llama Thermo Fisher y fue el que nos puso las primeras máquinas para hacer pruebas COVID, me decía ¿tú crees que puedas hacer un millón de pruebas?. Yo dije, ‘sí, claro, sí las voy a hacer’, no tenía ni idea, ‘espero que esto se acabe en dos semanas, pero capaz que se acaba en dos años’. Yo me comprometí junto con mis compañeros de compras, de administración, de logística, a un montón de cosas dando palos de ciego, porque no sabíamos nada, pero la señal era tenemos que tener la prueba y tenemos que ayudar a México”.

 

Al tiempo lograron reducir el precio de las pruebas a $900, con lo que Salud Digna garantizó que estuvieran disponibles para todos. El equipo se unió en una misión común: proporcionar acceso y apoyo a la población. Desde recursos humanos hasta marketing, cada departamento desempeñó un papel crucial en la respuesta ante la emergencia.

Diana cuenta que innovaron en la entrega de resultados a través de WhatsApp y adoptaron medidas para evitar la necesidad de que los pacientes regresaran logrando demostrar su capacidad de adaptación y empatía en tiempos de crisis. Reconoce que, para ella y su equipo, la pandemia no solo fue un desafío profesional, sino también una lección de vida.

A medida que la pandemia evolucionó, Salud Digna se mantuvo firme en su compromiso de servir a la comunidad. Con cerca de 6 millones de pruebas realizadas en dos años, su dedicación y sacrificio no pasaron desapercibidos. En palabras de Calva Espinosa, fue una prueba que puso a prueba todas las habilidades y valores del equipo, dejando una marca imborrable en su historia y en la salud de México.

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