Por: Nuria González Elizalde, Directora general de Mexicanos Primero Sinaloa

X/Twitter: @MexicanosloSin @GlezNu.

Los derechos de niñas, niños y adolescentes rara vez ocupan el centro de la agenda pública. Y cuando lo hacen, suele tratarse más de discursos que de decisiones concretas. Por eso, abrir y ocupar espacios de participación ciudadana que pongan su bienestar como prioridad no es solo un deber ético: es un acto político de primer orden.

Desde Mexicanos Primero Sinaloa, hemos asumido ese compromiso. Recientemente, me fue otorgado por el Congreso del Estado el nombramiento como integrante del Consejo Consultivo de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH). Esta incorporación no es simbólica ni decorativa. Es una oportunidad institucional y personal para seguir impulsando una visión integral del derecho a la educación: no como privilegio, sino como derecho humano habilitador de todos los demás.

El Consejo Consultivo es un órgano ciudadano que forma parte de la estructura de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Tiene la responsabilidad de acompañar, revisar y asesorar al titular de la Comisión en la emisión de recomendaciones, aprobación de lineamientos internos y seguimiento a casos relevantes de violaciones a derechos humanos. Su finalidad es garantizar que la actuación de la CEDH esté orientada por una visión plural, técnica, independiente y comprometida con la dignidad de todas las personas.

Desde esta nueva responsabilidad, podremos contribuir al análisis de las recomendaciones que emita la Comisión, al seguimiento de investigaciones por violaciones a derechos humanos, y a la revisión de los informes institucionales que deben incorporar, con claridad y fuerza, la exigibilidad del derecho a aprender. Lo haremos con especial atención a lo que ocurre en el sistema educativo, en las escuelas, y en las experienciass diarias –incluidos los traslados, los entornos escolares y comunitarios— que viven niñas, niños y adolescentes, quienes tienen derecho a estar, aprender y participar en la escuela.

Lo haremos de la mano de otras nueve consejeras y consejeros también elegidos por el Congreso, y bajo la presidencia del titular de la CEDH, quien encabeza el Consejo Consultivo. En conjunto, aportaremos una visión plural y comprometida con los principios de justicia, inclusión y dignidad.

La educación no debe reducirse a una lógica de servicio, ni limitarse a garantizar que las y los estudiantes estén inscritos en una escuela. Debemos hablar de tres dimensiones fundamentales: el derecho a estar (acceso y permanencia), a aprender (calidad, sentido y relevancia), y a participar (ser escuchados y reconocidos como titulares de derechos). Y para hacerlas realidad se requiere mucho más que voluntad: se necesita sensibilidad, evidencia, enfoque interinstitucional y vigilancia ciudadana activa.

Hoy más que nunca, Sinaloa necesita recuperar la confianza en la escuela como espacio seguro, protector y formativo. Las violencias, los rezagos y el abandono institucional que enfrentan muchas comunidades educativas no se resuelven solo con diagnósticos ni con culpas cruzadas; se resuelven con responsabilidad pública y con acciones concretas que coloquen a la infancia en el centro de toda decisión.

Nuestra integración al Consejo Consultivo de la CEDH refuerza la ruta que hemos trazado también desde otros espacios, como el Consejo Consultivo del Sistema Estatal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA Sinaloa). Apostamos por construir desde dentro, en colaboración con otras voces ciudadanas, con una mirada plural comprometida con la justicia, la inclusión y la dignidad.

Defender la educación como derecho humano es también defender el presente y el futuro de nuestra democracia. Porque es en las aulas donde se siembra el respeto, la empatía, la conciencia crítica y la responsabilidad social. Y porque una sociedad justa no puede construirse si quienes la habitan no han tenido la oportunidad real de aprender y desarrollarse plenamente.

Desde donde estamos, haremos nuestra parte.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO