El periódico EL ECONOMISTA, con datos del Foro Económico Mundial (WEF), reportó esta semana que, en el mundo, hay actualmente 73 millones de empleos remotos, pero que, en seis años, en el 2030, la cifra llegará a los 92 millones de puestos de trabajo y estos se concentrarán, principalmente, en sectores como el de tecnologías de la información, formación y aprendizaje y servicios de consultoría. Considera el WEF, que el avance tecnológico y la revolución digital han aumentado la capacidad de realizar tareas, conectarse y comunicarse global y remotamente. Que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial han estado dando forma al mundo del trabajo durante las últimas dos décadas, pero que fue la pandemia de Covid-19 lo que aceleró la adopción de la tecnología en el día a día de los lugares de trabajo.

Se considera que en la segunda mitad de la presente década la mayor parte de los llamados puestos remotos estarán vinculados con trabajos del conocimiento. Es decir, aquellos que tienen que ver con las tecnologías de la información, los servicios de formación y aprendizaje, los medios de comunicación, la consultoría y la ciberseguridad. Además, una buena cantidad de los empleos digitales que se sumarán en los próximos años estarán concentrados en actividades con salarios altos, como desarrolladores de software, analistas en seguridad de la información o especialistas en gestión de riesgos.

Después de esta información me he encontrado que, en el mundo, América Latina y El Caribe (ALC), y en México, hay regiones con condiciones más propicias para el desarrollo del trabajo remoto y de eso quiero hablarles. Lo primero que comparto es que la organización de seguridad NordLayer publica el Índice Global de Trabajo Remoto (IGTR) del que ahora se conoce la edición 2023. Los indicadores del IGTR se basan en datos de la ONU y del Foro Económico Mundial, y clasifican a 108 países en función de lo que ofrecen como destinos de esta modalidad de trabajo. Este índice mide cuatro dimensiones principales: ciberseguridad, economía, infraestructura y, desde este año, una nueva incorporación, los criterios de seguridad social, para garantizar la calidad del trabajo remoto.

La seguridad cibernética se refiere a una amplia gama de factores que componen un entorno digital seguro y protegido, necesario para el trabajo remoto. Esta dimensión cubre la integridad de la infraestructura, la capacidad de respuesta a amenazas digitales y el nivel de legislación dirigida a la ciberseguridad. El concepto de seguridad económica implica los diversos aspectos económicos de vivir y trabajar en un país en particular. Se refiere al costo de vida, el acceso a la atención médica, la facilidad de comunicación y las oportunidades de tiempo libre de calidad. La dimensión de infraestructura digital y física se refiere a las capacidades digitales del país para brindar y respaldar un servicio de Internet estable, rápido y amplio y garantizar una infraestructura física conveniente y segura para viajar. Finalmente, la seguridad social incorpora aspectos de seguridad social y física relacionados con el trabajo y la vida a distancia. Combina los componentes de la seguridad general frente a delitos dentro de un país con métricas que evalúan la equidad y el acceso a los derechos humanos.

Los países europeos, sobre todo del norte de Europa, lideran el Índice Global de Trabajo Remoto 2023. Los países en los 10 primeros lugares del índice son: Dinamarca; Países Bajos; Alemania; España; Suecia; Portugal; Estonia; Lituania; Irlanda y Eslovaquia. De hecho, los países del viejo continente ocupan la mayor parte del 50% del índice mundial de trabajo remoto, según los autores.

Por dimensiones, Eslovenia, Estonia y Lituania, lideran en seguridad cibernética. Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, ocupan los primeros lugares en seguridad económica. En infraestructura digital y física, Singapur, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos y, finalmente, Suiza, Países Bajos e Islandia, en seguridad social.

México ocupa la posición 62 en el Índice Global de Trabajo Remoto 2023 y la 7 en el grupo de países de ALC. Antes de él, en los primeros seis lugares de ALC, se encuentran Uruguay (43), Chile (50), Costa Rica (54), Argentina (55), Perú (60) y Brasil (61). Después, para completar los primeros diez lugares aparecen Panamá (63), Colombia (71) y República Dominicana (73). Por dimensiones, para México (66 global) la mejor posición se observa en la dimensión de seguridad cibernética en la que ocupa el puesto 5 en el grupo de países de ALC. Para esta dimensión, el grupo lo lideran Uruguay (54), Perú (55) y República Dominicana (64). La peor posición corresponde a la dimensión seguridad económica en la que se ubica en el lugar 10 (63 global), de un grupo en la que los primeros lugares son para Argentina (19), Jamaica (20) y Colombia (23). En las dimensiones infraestructura digital y física, y seguridad social, México se encuentra en las posiciones 6 y 7 para ALC, y 60 y 65 en el índice global. En ALC, Chile y Uruguay, respectivamente, encabezan estas dimensiones.

Estos datos ponen en evidencia el rezago que México tiene para atraer talento de calidad en este caso a través del trabajo remoto. A nivel global, se ubica mucho más allá de la mitad de la lista de países considerados en el estudio y en el caso de los países de ALC tampoco ocupa posiciones relevantes. Uruguay, Chile, Brasil y Argentina, entre otros países, siempre aparecen en mejores posiciones, mostrando superiores condiciones generales y específicas. Al observar su posición en las dimensiones consideradas, resulta evidente que existen muchos problemas por superar relacionados con la infraestructura digital y física, y con la seguridad cibernética, económica y social.

A estas alturas del análisis convendría saber qué es lo que convierte a las regiones o a los países en líderes en atracción de talento bajo la modalidad de trabajo remoto, para así darnos cuenta de lo que adolecemos. Por ejemplo, los principales puntos fuertes de Dinamarca para los trabajadores remotos son la calidad de Internet, la inclusión social y la asistencia sanitaria. En los Países Bajos, la estabilidad económica es otra de las ventajas del trabajo a distancia. Esto se debe en gran parte a su “atractivo como destino turístico y al uso generalizado del inglés”. Por su parte, Alemania ofrece un buen equilibrio entre costo y calidad de vida, con el servicio de Internet más asequible del mundo, según el Índice Mundial de Trabajo Remoto 2023.

Me concentraré ahora en el caso de las regiones de México. Lo haré apoyándome en una serie de reflexiones publicadas en el periódico EL ECONOMISTA, a partir de los resultados de un trabajo de investigación titulado ¿Qué tan altas (bajas) son las posibilidades de hacer teletrabajo en México?, elaborado para el Banco de México por Gustavo Leyva e Israel Mora. El propósito de la investigación en mención fue mostrar qué trabajos efectivamente se pueden realizar desde casa, dado que se advierte que quienes se han beneficiado del teletrabajo son principalmente las personas asalariadas formales, con alto nivel educativo, con relaciones de empleo estables, en ocupaciones profesionales, gerenciales y administrativas, y por supuesto con acceso a las tecnologías necesarias para llevar a llevar a cabo sus tareas. Sobre el tema, Gerardo Esquivel opina que mientras más pobre es una región o un país, menos trabajos se pueden realizar desde casa, lo que significa que las posibilidades del trabajo remoto guardan una estrecha relación con el tipo de actividades productivas y laborales que caracterizan a una región.

El estudio tomó en cuenta las 468 ocupaciones que forman parte del Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones (SINCO) del INEGI y la posibilidad de llevarlas a cabo a través de tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Al contrastar la información recabada con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), se encontró que a nivel nacional el porcentaje del empleo susceptible a desarrollarse bajo la modalidad de teletrabajo es de 10.6 por ciento. El estudio también revela las disparidades que dentro del país se registran debido a las actividades económicas preponderantes en cada estado de la República. A nivel regional, la Ciudad de México es la entidad federativa más aventajada, donde 19% de los empleos se pueden realizar de forma remota; le siguen Nuevo León (14.2%), Querétaro (12.2%), Baja California Sur (12.1%) y Quintana Roo (11.9%). En el otro extremo se encuentran Veracruz (7.3%), Guerrero (7.3%) y Guanajuato (7.6%). Sinaloa, con 10.1 por ciento, se ubica en la posición 18.

El estudio concluye que el home office ha sido una alternativa laboral positiva impulsada por la pandemia, pero también es una realidad que se ha asentado en buena parte del país y debiera convertirse en una oportunidad para reflexionar en las condiciones que tenemos como mercado de trabajo y el tipo de empleos que estamos generando. La heterogeneidad en las posibilidades del teletrabajo a nivel entidad federativa está relacionada con variables como el nivel de desarrollo regional y el PIB per cápita. Se observa una relación directa y positiva con estas dos variables lo cual explicaría parcialmente el bajo nivel en las posibilidades de trabajar desde casa en las entidades federativas que conforman la región Sur (8.5 por ciento). De nuevo, las regiones más pobres y rezagadas en términos de desarrollo, menos trabajos pueden ofrecer para realizarse de forma remota. La cuestión es si debemos seguir así o se puede inducir un cambio para aprovechar esta tendencia asociada a la revolución tecnológica que plantea la creación de 150 millones de empleos digitales a nivel global en los próximos cuatro años. Los expertos opinan que las políticas gubernamentales y los organismos empresariales deberían fomentar el trabajo remoto en los países y sus regiones para potenciar la atracción de talento en los próximos años.

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Referencias

WORD ECONOMIC FORUM (2023). Estos son los mejores países del mundo para el trabajo remoto. https://es.weforum.org/agenda/2023/11/los-mejores-paises-del-mundo-para-el-trabajo-remoto/. https://nordlayer.com/global-remote-work-index/.

Morales Fredes, Felipe (2021). Home office a la mexicana, opción sólo para 10.6% de los empleos. EL ECONOMISTA. https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Home-office-a-la-mexicana-opcion-solo-para-10.6-de-los-empleos-20211027-0173.html.

Leyva, Gustavo y Mora, Israel (2021). How High (Low) are the Possibilities of Teleworking in Mexico?. Banco de México.

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