Con el pretexto del Día del Amor y la Amistad, fecha en que concursan las posibilidades de congraciarse con quien resulta fraterno, ESPEJO ha publicado contenidos de la periodista Istar Meza, que dan cuenta del efecto inflacionario que deriva en Culiacán del alto poder adquisitivo que exhiben los que se dedican a actividades del narcotráfico, encarecimiento que hace inaccesibles servicios y productos para la población que recibe ingresos lícitos, en las clases alta, media y baja.

Desde lo más común, que es el consumo de tacos, hasta la oferta de un platillo de Kobe Beef, la gastronomía es un ejemplo de cómo se procede a ajustar los precios al público conforme lo determina la capacidad adquisitiva de un pequeño sector que le abre cauce a la llamada narcocultura, esa burbuja de bonanza que para las autoridades pasa desapercibida al justificarse en el libre mercado.

El problema no se reduce a que paguen caro los que pueden sino a la incitación implícita para que jóvenes pretendan competir en lujos y excentricidades que solamente podrán tener si ingresan a las filas de la delincuencia organizada, pues se trata de gastos privativos hasta para quien desde el esfuerzo legítimo escala a mayor poder de compra.

 

Para especialistas del tema, como es el caso de David Moreno Candil, experto en psicología social, se trata de “todos estos negocios que de repente salen de la nada, o toda esta cuestión del lavado de dinero que existe, de esta economía burbuja aquí en Culiacán, donde hay muchas plazas carísimas, que luego nadie va, pero que se mantienen. Porque si vas allí, pues dices lo puede pagar, esto desde el aparentar ser está muy de la mano de esta necesidad de ser reconocido, y lamentablemente lo que tenemos que preguntarnos es por qué este reconocimiento está tan atravesado por la posesión material”.

El amor y la amistad son sentimientos que le dan razón de ser al tejido social y la dimensión de tales emociones trasciende lo material ya que no es el oneroso regalo el que incentiva el afecto sino factores como la sinceridad, protección y empatía entre el uno y el otro.

 

La investigadora en ciencias sociales y humanidades, Anajilda Mondaca Cota, lo explica así: la narco gentrificación está causando que quienes realizan actividades delictivas elevan su poder adquisitivo y los que no forman parte de esas élites criminales se ven obligados a enfrentar precios inflados, lo que impacta negativamente en su calidad de vida y aumenta las disparidades económicas y sociales.

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