Culiacán, Sinaloa.- En la vida del doctor Enrique Peña Gutiérrez existió un constante y un permanente denominador: su persistencia por rescatar a Mocorito en lo económico, político y social. Fue promotor por años para que los productores de chilorio y queso de la región se unificaran en una organización con el único propósito de alcanzar la comercialización global y la industrialización.

Más difícil fue su inquietud de que la minería fuese potenciada de nuevo con el apoyo de los gobiernos que se iban sucediendo, con la idea de mostrar de nuevo el brillo hipnotizante de sus metales preciosos de finales del siglo XIX y principios del XX

En ambos casos, solo encontró la indiferencia visionaria de sus congéneres, tal y como testificó el autor Francisco Salgado Favela en su texto “Un impulso creador: FERTIMOC, S.A.”, del libro “Mocorito I Encuentros con la Historia”.

Entonces actuó solo

 

Enrique Peña Gutiérrez, médico de profesión, propició en las décadas de finales de los sesenta y principios de los setenta Fertilizantes de Mocorito, S.A. (FERTIMOC).

“Una frase pronunciada por el dolor, al parecer fue detonador, el disparador de esta industria, la segunda de las tres que existen en la región (en 1999, año de la publicación del texto), pero actualmente dividida en dos. ‘Ya curé muchos años a la gente, ahora, voy a curar sus tierras’”, describe Francisco Salgado.

“Todo comenzó con la localización de minerales de la región. Luego vendrán los permisos de extracción y la adquisición de la maquinaria necesaria: quebradora, molino de bolas, mezcladora y tanques de precipitado y reposo. El primer producto puesto al mercado fue fungicida para aplicación por avión, cuyo elemento básico era el sulfato básico de cobre. Fue en esta etapa cuando el elemento fortuito tuvo registro”, continúa.

 

Esta historia comenzó cuando una tarde calurosa de verano a la sombra de una pingüica, el doctor Peña Gutiérrez pidió a uno de sus trabajadores que cortara una naranja agria de un árbol dentro de sus instalaciones; la sorpresa fue que lejos de tener ese sabor natural, era completamente dulce y jugosa.

En el terreno de la planta había túmulos de diferentes minerales en piedra tales como: magnesio, cobre, manganeso, boro, yeso, zinc, azufre y otros. De la curiosidad se pasó a la investigación hasta que se logró, no sin dificultades y fracasos, la elaboración a base de elementos mayores y menores.

“La clásica expresión brotó en la voz del doctor: ¡Eureka!”, comenta el autor.

 

Ya hecho los experimentos,  comenzaron a probar la eficacia del nuevo fertilizante. Lo ofrecieron gratuitamente a los productores de cacahuate de la región. En la primera cosecha los porcentajes se elevaron en dos, tres veces y más. El vigor, fuerte verdor y altura de las plantas, era visible en comparación de lotes que se dejaron sin aplicarse el fertilizante.

Luego vendría la comercialización. Por esos años los cacahuateros de El Valle, Tule, Mezquite, El Gallo, Cerro Agudo y Las Higueras de los Vega, comenzaron a usar Fertimoc, en una extensión aproximada a las cinco mil hectáreas. Sus rendimientos anteriores a la aplicación del fertilizante, oscilaban entre los 500 y 700 kilos por hectárea, posteriormente, sobrepasaron las dos toneladas lo cual habla satisfactoriamente de las virtudes de este producto regional.

“Muchos agricultores consideraban que este fertilizante solo serviría para tierras arenosas, sin embargo, ya está aplicando en otro tipo de tierras y en siembraz de maíz, sorgo, cítricos, mango, sandía y hortalizas, ello, en los valles de Guamúchil, Guasave y Los Mochis. Incluso el producto ha pasado satisfactoriamente todas las pruebas y normas establecidas por las autoridades de agricultura de los Estados Unidos y ha competido por las autoridades de agricultura de los Estados Unidos y ha competido ventajosamente con otros tipos de abonos fabricados allá”, se informaba.

Cabe precisar que esta empresa dejó de llamarse FERTIMOC con el paso de los años, sin embargo, el funcionamiento de las dos plantas manufactureras de fertilizantes sólidas y líquidos de transcendencia y beneficios ya reconocidos, están en manos de sus propietarios familia Peña Gutiérrez y Sucesores y Peña Inzunza herederos.

¿Quién fue Enrique Peña Gutiérrez?

Fue un médico, empresario  y escritor originario del municipio de Mocorito, el cual llegó a ser su presidente municipal por el PRI. También fue miembro y después presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Fundó la revista cultural Brechas y fue autor de libros como “Rafael Buelna, el Cóndor de Mocorito”, “Fueron cinco de a caballo”, “En el viejo Mocorito”. Murió en Guamúchil en 1998.

En la actualidad existe la Fundación Enrique Peña Gutiérrez, la cual desde 2003 lanza anualmente el Premio Dr. Enrique Peña Gutiérrez de Cuento y Poesía.

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