Culiacán, Sinaloa.- Lejos de lo que muchos creen, Sinaloa tuvo una larga tradición en la producción de mezcal en el pasado. De manera comercial, fue el “Periqueño” la bebida alcohólica procesada que más trascendió al grado de obtener reconocimiento internacional en la época del Porfiriato.

Sus orígenes se remontan a la hacienda de Pericos propiedad de los hermanos Peiro, una de las familias empresariales más prosperas por esos años. Su hacienda fue tan productiva que alrededor de ella se fueron construyeron las casas y calles de lo que hoy es la sindicatura de Pericos, en el municipio de Mocorito.

De acuerdo a la lectura del autor Enrique Rubio Juárez en “La hacienda de Pericos durante el Porfiriato”, se lee que los hermanos Inés y Melesio Peiro comenzaron su emporio en 1869 cuando fundaron la Sociedad “Peiro Hermanos”, con el propósito de tener un mayor control de sus actividades.

De esta manera, esta razón social se convirtió en la primera en el estado especializada en la producción de aguardiente mezcal como actividad primaria.

“Fue en la época conocida como el Porfiriato donde la familia Peiro alcanzó su máximo esplendor económico, esto gracias a la visión empresarial que heredaron de sus antecedentes, facilidades otorgadas por el gobierno, incursión en la práctica, alianzas familiares con casamientos y compadrazgos con familias notables del estado”, explica el autor.

Al ser la elaboración mezcalera su principal fuente de ingresos procuraron aumentar su producción para su comercialización, utilizando su capital en la modernización de la hacienda, convirtiéndola en una verdadera unidad industrial. Para ello, introdujeron maquinaria motorizada de vapor, alambiques, calderas, bombas, así como desfibradoras de ixtle.

“De esta forma producían más y la calidad del producto mejoraba superando a los demás establecimientos que utilizaban maquinaria movida manualmente. Así pues, figuraron como los máximos y mejores productores de aguardiente, mezcal e ixtle”, sostiene.

 

Enrique Rubio Juárez incluso se atreve a decir que el “Periqueño” era el mejor mezcal de México en ese tiempo, lo que es verdad es que se exportaba a otros países. Para darnos una idea de su alcance, esta bebida llegó a obtener un galardón en la Exposición Universal de París en 1889, un evento mundial donde se exponían toda clase de productos e inventos.

A su vez,  en 1900 los hermanos Peiro lograron obtener una medalla de bronce por el aguardiente que producían en esta misma exposición, además de una medalla de plata por el ixtle que también fabricaban en la hacienda de Pericos.

“En 1894 Inés y Melesio Peiro reorganizan la Sociedad ‘Peiro Hermanos’ con un capital de $60, 000.00, en el mismo año esta sociedad en compañía de los comuneros de la Hacienda de Pericos constituyen una ‘Sociedad Agrícola’, siendo su objetivo la explotación y fomento de los terrenos de la hacienda”, se lee el texto.

“Los Peiro incursionaron en la minería de manera particular e incluso uniendo capitales con otros socios formaron la Sociedad ‘Peiro, Salmón y Compañía’, dicho rubro desempeñó una actividad articuladora con respecto a la venta de aguardiente, es decir, como la población de los centros mineros era gran consumidora de aguardiente, el mercado estaba abierto a los proveedores de éste”, se detalla.

Para darnos una idea de la influencia también política que tuvo esta familia previo al estallido de la Revolución Mexicana, vemos que a la salida del gobernador porfirista Diego Redo en 1910, Inés Peiro fue designado como gobernador interino por un breve periodo, en tanto llegaron los primeros contingentes maderistas a Sinaloa.

Este conflicto armado significó la caída del emporio que crearon en torno a la hacienda de Pericos; la tradición productiva de la familia Peiro destacó por muchas años más, pero no con la influencia que disfrutaron por varias décadas, y tampoco alrededor de la elaboración de mezcal.

Finalmente, las tierras de los Peiro fueron fraccionadas durante la Reforma Agraria del presidente Lázaro Cárdenas para convertirse en el Ejido de Pericos en 1936, siendo don Jesús Peiro Jacobo su primer comisario ejidal.

“Todo lo antes dicho nos muestra la gran visión empresarial de la familia Peiro y que la hacienda de Pericos dejó de ser una unidad de producción tradicional para convertirse en una hacienda moderna para su época”, concluye el autor.

 

La vieja hacienda de la familia Peiro hoy en día es un centro cultural, el Centro Cultural Casa Peiro, en Pericos, Mocorito.

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