Segunda de cuatro partes.

Culiacán, Sinaloa.- Si eres mexicano y quieres saber cuál es la calidad del aire en tu ciudad, existe un Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) dependiente de la Semarnat en el cual puedes consultar indicadores de concentración de múltiples contaminantes en distintos puntos del país, e incluso recomendaciones para que estos contaminantes no afecten tu salud.

Pero si vives en alguna de las grandes ciudades de Sinaloa no podrás tener acceso a está información… por lo menos no de parte de las autoridades.

En un reporte anterior, Espejo documentó cómo, a pesar de estar obligados por la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y la NOM-156-SEMARNAT-2012, el Gobierno del Estado de Sinaloa no mide los contaminantes del aire en las principales ciudades del estado a pesar de contar con cuatro estaciones de monitoreo. Esto, a decir de la propia Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable (SEBIDES), por falta de recursos para su mantenimiento.

Ante el vacío respecto a está información sanitaria, las asociaciones ciudadanas Mapasin y Redspira han colaborado para medir y publicar información sobre la calidad del aire por lo menos en Culiacán y Mazatlán, las dos ciudades con mayor población en Sinaloa.

Salvador Martínez, biólogo y actualmente ejecutivo de proyectos de sustentabilidad en Mapasin contó a Espejo cómo está colaboración con Redspira surgió a partir del 2022 con la creación del área de sustentabilidad del organismo ciudadano y la necesidad de arrojar luz sobre un tema ignorado por la autoridad y que se vuelve cada vez más importante para las ciudades en pleno proceso de desarrollo.

Fue a partir del acercamiento de Mapasin que Redspira, red ciudadana de monitoreo de la calidad del aire con base en Mexicali, donó y sumó a su red a las ciudades de Culiacán y Mazatlán.

En Culiacán, estos sensores se encuentran en los sectores de Hidalgo, Valle Alto y el Centro de Culiacán, mientras que en Mazatlán solo existe uno al norte de la ciudad. En comparación con las costosas estaciones de monitoreo, estos tienen un costo aproximado de 6 mil pesos por unidad.

Sin embargo, este esfuerzo ciudadano no sustituye ni cumple con las obligaciones que establece la legislación mexicana en cuanto a calidad del aire. Esto porque los sensores de Redspira sólo miden el material particulado (PM10 y PM2.5).

“Estas partículas son muy peligrosas para la salud humana… Estamos hablando de micrómetros y las de 2.5 son las más peligrosas porque son tan pequeñas que pueden atravesar los pulmones y meterse al torrente sanguíneo; y no nada más producen enfermedades pulmonares, sino que también producen problemas del corazón o problemas cerebrovasculares”, explicó Salvador.

 

Pero lo que no se sabe es la cantidad de ozono (O3), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), bióxido de nitrógeno (NO2) y plomo (Pb) en el aire de las ciudades sinaloenses, todas indicadas como sustancias sujetas de monitoreo por la legislación mexicana.

“De pérdida ahorita lo que estamos midiendo son estas partículas pero obviamente que si la SEBIDES empieza a activar las estaciones de monitoreo, ya va a haber cómo medir otros gases”, comentó Salvador.

En este sentido, el biólogo califica el esfuerzo entre Redspira y Mapasin como una especie de ‘plan piloto’ en el que es necesario la atención de los administradores públicos para conseguir un mayor número de sensores para abarcar una mayor área de Culiacán y Mazatlán e incluso para medir los otros tipos de contaminantes. Está gestión, asegura, ya la realiza el Dr. Jorge Humberto Siller, Director de Gestión y Cambio Climático de la SEBIDES.

“Realmente no es así como que ya tenemos todo el proyecto, si fuera así a lo mejor ya tuviéramos unos 40 sensores trabajando en la ciudad en diferentes puntos, pero lo que quisimos fue empezar”, dijo.

“Mínimamente nosotros con estos sensores nos estamos dando una idea y ayuda a decirle a los gobiernos: ‘mira, estos sensores están lanzando esto’”.

 

La red de Redspira

 

Actualmente Redspira reporta un total de 117 sensores propios y 153 de otras redes ciudadanas en 16 municipios monitoreados. Redspira cuenta incluso con una aplicación móvil para consultar la información.

El trabajo de está red ubicada en Mexicali se debe a que durante años Mexicali ha estado entre las ciudades más contaminadas del mundo, lo que orillo a sus administradores públicos a trabajar en sistemas de medición eficientes.

Es así que, hoy en día, la red de Redspira trabaja en conjunto con las autoridades para compartir la información de sus sensores y brindar datos más fieles a la ciudadanía.

Allá, explicó Salvador, cuentan con tres estaciones de monitoreo y “un montón de sensores por toda la ciudad” que aportan información a la base de datos del gobierno.

Otra característica de la red de monitoreo de Redspira es que a diferencia del SINAICA, que solo mide en base a los parámetros del Índice AIRE y SALUD, ofrece la opción de medir la calidad del aire también en base a los criterios de Estados Unidos y de la OMS, los cuales son más estrictos que los actuales parámetros mexicanos.

“Como el de nosotros es un índice nuevo realmente no estamos tan estrictos todavía como la OMS y como en Estados Unidos, pero se va a estar regulando cada tres años, digamos que se va a estar haciendo estricto”, comentó Salvador al respecto.

 

Para Salvador, está colaboración ha sido muy importante debido a que tanto Culiacán como Mazatlán han estado creciendo en población, actividades económicas y parque vehícular. Tan solo en Culiacán, menciona, andamos alrededor de los 650 mil automóviles circulando. “Estamos hablando que ya va más allá de la mitad de la población con automóvil”, alerta.

Sin embargo, del 2022 a la fecha también ha observado que hay otro tipo de actividades que también contaminan el aire y no son tomadas como tal por la población. Tal es el caso de la quema de basura o incluso de los asaderos dentro de la mancha urbana de las ciudades.

“Tiene mucho que ver este que pueda pasar cerca de donde está el sensor, porque por ejemplo para la Hidalgo nos hemos dado cuenta que hay mucho asaderos y a ciertas horas se prenden esos asaderos y liberan al aire carbón y todo eso y puede aumentar los niveles aparte del tráfico vehicular de las horas pico”, indicó.

PARA SABER: La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye alrededor de 7 millones de muertes al año a situaciones relacionadas con la contaminación del aire.

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Este reportaje fue producido como trabajo final del Curso de Supercontaminantes en Latinoamérica y el Caribe con enfoque en Periodismo de Soluciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO Chile).

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