Al aprobar ayer el Congreso del Estado el paquete de 25 reformas a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Occidente queda en relieve la intervención civilizada de la comunidad académica de la casa de estudios para poner al día cuestiones torales como democracia participativa, equidad de género, gobierno interno y mejor calidad de la educación, tal como lo exigen los tiempos actuales a las instituciones de enseñanza.

Es falso que la educación superior deba convulsionar cuando sus estudiantes y profesores se deciden a dirigir acciones positivas de transformación pues, al contrario, la renovación que expulsa lastres y vicios le permite al campus avanzar más ágil hacia la meta cardinal de formar a las generaciones que tendrán a cargo preocuparse y ocuparse del mayor desarrollo de las comunidades a las que se deben las universidades.

 

Con la reposición de derechos fundamentales a estudiante y plantilla docente, que son las idóneas para determinar modelos educativos de avanzada, la decisión del Congreso del Estado salió adelante a pesar del voto en contra  de cuatro diputados del Partido Sinaloense, las siglas políticas que tienen el control en la Universidad Autónoma de Sinaloa, la nueva Ley Orgánica de la UAdeO marca la senda a seguir para el rescate de centros de enseñanza rehenes de personajes o grupos cuya ambición de poder trastoca áreas que son la razón de ser de las sociedades progresistas.

El paso dado por la 64 Legislatura debe ser el primero de un largo andar en la tarea de dotar a los universitarios de mecanismos de intervención tendientes a que Sinaloa cuente con prestigiadas universidades, con menos partidocracia entorpeciendo los debidos procesos y productos  académicos. En caso de no continuar lo que ya inició en la UAdeO estará en entredicho si el Congreso trae los arrestos necesarios para hacer valer la Ley de Educación Superior o solamente se trató de una golondrina que no hizo verano.

Por su parte, las autoridades universitarias deben permitir que fluya la decisión de la comunidad académica en un ejercicio de libre autodeterminación. Y al ver qué ya se pudo en la UAdeO entender que el asentimiento social que le fue dado a las reformas en la institución lince, es extensivo para las demás universidades públicas.

 

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