Por Cristina Ibara

La última semana de marzo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó el documento Pre-criterios Generales de Política Económica 2025, el cual expone principalmente la perspectiva de crecimiento económico y finanzas públicas para el 2025. Aunque como economista observo muchos elementos de detalle, quiero ahondar en dos cosas que espero sean informativas para un público más general, ya que de cumplirse los pronósticos de SHCP podríamos ver ajustes económicos bruscos el próximo año.

Economía general

 

Primero el crecimiento de la economía ha venido ralentizándose durante el último trimestre de 2023, y se espera que siga así en 2024 y 2025, de manera que la economía en 2025 crecería menos que en los años anteriores. Sin embargo, cabe la posibilidad de que las anunciadas inversiones por Nearshoring empiecen a concretarse con mayor velocidad.

Inflación

 

Segundo, la inflación en 2025 llegaría al objetivo que se fija Banco de México, con un 3.3%, sin embargo, esto es incierto pues de nuevo la inflación de marzo tuvo un repunte, por lo que aún no se sabe si la tasa de interés seguirá bajando.

Finanzas públicas

 

Los datos anteriores no son tan promisorios, pero tampoco del todo malos, sin embargo, en los que respecta al gasto público la información presentada es preocupante.

En primer lugar, se señala que el alto déficit presupuestario (ingresos menos egresos) aprobado para este 2024, 5% del PIB, desembocó en un alto nivel de endeudamiento. Si el lector considera que este valor no es lo suficientemente alto, tenga en cuenta que ello equivale a la mitad de todo el gasto que ejercen estados y municipios.

Al cierre del 2023 la deuda pública fue de 14.8 billones de pesos (46.8% del PIB), mientras que se proyecta que al cierre del 2024 cierre en 16.7 billones de pesos (50.2% del PIB). Esto representa un crecimiento de 12.8% en tan solo un ejercicio fiscal. Cabe destacar que del total de la deuda, el 23.9% es externa.

Con estas expectativas nada halagüeñas para 2024, en 2025, dado que la economía no podría mantener tal nivel de endeudamiento y déficit, la propuesta de la SHCP es reducir el gasto público total en al menos 9.9%, logrando así reducir el déficit fiscal hasta 2.5% del PIB. Sin embargo, aunque se argumente que se harán ahorros, lo cierto es que, en el presupuesto aprobado, en este y los sexenios pasados, el gasto es incremental, por varios motivos, entre ellos, el creciente costo salarial y de servicios por lo que proyectar una reducción del gasto puede significar menores servicios públicos o de peor calidad. En otras palabras, para asegurar el mismo acceso de servicios públicos, el gasto de gobierno debiera ser igual al ciclo pasado, más la inflación. Así si el gasto de 2024 es de 9.1 billones, debiera proyectarse algo similar más 3.8% de inflación, de lo contrario es natural esperar menos servicios públicos.

¿De dónde se harán los ahorros?

 

Según la SHCP, se proyectan ahorros principalmente en el costo financiero de la deuda, ya que se espera que la tasa de interés de referencia del Banco de México continúe ajustándose a la baja. No obstante, de no cumplirse esto, debido a las presiones inflacionarias mostradas en marzo de este año, tal ahorro reduce su probabilidad de ocurrencia, o al menos no en la medida que se espera.
Hacienda propone además ahorrar en el gasto programable, que significa reducir el gasto en programas de gobierno de cualquier tipo, aunque no se especifica en cuál o cuáles. La reducción de 9.9%, implicaría un gasto público de alrededor 1 billón de pesos menos. Sin embargo, según lo proyectado para 2024, hasta un 70% del gasto público programable, esto es, del que puede modificarse, se ejercería en programas sociales, por lo que con una reducción del 9.9%, poco quedaría de este gasto para inversión en infraestructura, servicios de salud, seguridad, educación, fomento económico, etc.

Esta reducción abrupta, podría generar un deterioro en los servicios públicos, que son ya de por sí deficientes en muchos sentidos. Por otro lado, si el cinturón no se ajusta, el endeudamiento seguirá creciendo, sangrando aún más las finanzas públicas. Ahora bien, el nivel de endeudamiento sigue siendo alrededor del 50% del PIB, lo cual puede ser sostenible según el Fondo Monetario Internacional, siempre y cuando se destinen recursos para expandir la economía, esto es, gasto de inversión, que se avecina bastante limitado.

En suma, la SHCP ya envió señales de que el próximo gobierno tendrá que ajustar su gasto, o bien, asumir mayores niveles de endeudamiento y costo financiero. Esto no depende de la llegada de inversiones por Nearshoring, aunque ello puede mejorar la recaudación. No obstante, justo ese fenómeno exige inversión pública, tanto en regiones pujantes, como en regiones de bajo crecimiento y atrasadas como Sinaloa y Durango. Así, aunque Hacienda no lo dice así, el panorama es que, en 2025, independientemente del partido en el poder, la economía sufrirá, los servicios públicos también, y por lo tanto, los ciudadanos de a pie.

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*Esta es una colaboración de Cristina Isabel Ibarra, presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, para  Espejo Negocios.