En contrasentido del esquema habitual que ponía la percepción de inseguridad muy por encima de estadísticas que muestran bajas en los índices delictivos, hoy la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía revela que en Culiacán bajó la sensación de desprotección del 51.3 al 39.3 por ciento, en Mazatlán de 39.7 al 35.9 por ciento, mientras que en Los Mochis subió de 24.9 al 26.1 por ciento.

Tal estudio respalda las estadísticas oficiales que presentan a la baja la comisión de homicidios dolosos, el delito que más impacta en los ciudadanos, pues los datos de la Fiscalía General del Estado dan cuenta del decremento sostenido durante cinco años recientes, ya que en 2018 ocurrieron 1123, en 2019 hubo 936, para 2020 bajaron a 810, en 2021 fueron reportados 645, siguió el decrecimiento en 2022 con 499 y en 2023 ocurrió una leve recuperación en esta incidencia con 566.

Durante el mismo período la percepción de inseguridad se sostuvo en márgenes altos y ello se atribuyó a hechos delictivos como los Culiacanazos 1 y 2, las rupturas internas en organizaciones del narcotráfico y el alza en delitos patrimoniales, sucesos que a pesar de ser aislados ocasionan marcas profundas por el miedo y la noción de desamparo, deteriorando la confianza de los sinaloenses en las instituciones y en quienes las encabezan.

 

Podría ser que una vez que transcurre el tiempo tras hechos de violencia exacerbada, como son los Culiacanazos del 17 de octubre de 2019 y del 5 de enero de 2023, la gente retorne a la realidad y evalúe que más allá de la acción intermitente de la delincuencia organizada con signos de barbarie, son más duraderos los lapsos de paz y estado de derecho. ¿O será acaso que damos por normalizada la situación y perdimos la capacidad de asombro?

Como sea, los datos que aporta el INEGI no dan para echar a vuelo las campanas en un tema que de la noche a la mañana cambia de comportamiento y pone la zozobra en el centro de la convivencia ciudadana.

 

Seguramente muchos no creerán este panorama del viraje en la percepción de inseguridad después del episodio de incertidumbre que vivió Culiacán cuando criminales procedieron a privar de la libertad a familias enteras.

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