Con los antecedentes de la intromisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en cuanto a recursos financieros para fideicomisos, fondos, estímulos a la investigación científica y apoyos en situaciones de desastres naturales, es difícil creerle la buena intención que hoy aduce al apropiarse de 40 mil millones de pesos de aquellos que toda una vida ahorraron para un buen retiro laboral y no han reclamado esos dineros.

El sexenio de López Obrador es la crónica de la persistente rapiña en todas las formas posibles del financiamiento público con la única finalidad de sacar adelante sus programas sociales y obras insignias de la llamada Cuarta Transformación, en menoscabo de instituciones esenciales para el desarrollo, transparencia, democracia y la solidaridad con sectores económicos y sociales golpeados por fenómenos naturales.

Con la abusiva mayoría que tiene en las cámaras de senadores y diputados, el jefe del Poder Ejecutivo Federal logró que le aprobaran ayer la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar que transferirá recursos de las Afores al fideicomiso que manejará el gobierno sin mayor fiscalización que la del presidente en turno, ni explicación de por qué los beneficiarios de más de 70 años de edad no se beneficiaron con sus ahorros.

Como el gobierno no rinde cuentas y el Legislativo le solapa la opacidad, la veloz maniobra del Congreso federal le cumple el capricho a un solo hombre y dispone de los ahorros de miles de trabajadores en situación de retiro. Nada nuevo por cierto si sacamos a relucir la larga lista de organismos y apoyos a los que AMLO ha afectado: guarderías, seguro popular, Fonden, Conacyt, sistema anticorrupción, Poder Judicial, INE, Indesol, Instituto Nacional para la Evaluación Educativa y 24 programas de apoyo al campo.

 

El desmantelamiento de instituciones bajo el pretexto de generar ahorros que permitan ayudar a los pobres y que acaban yéndose a capitalizar los caros caprichos presidenciales no da margen a la confianza en el discurso que López Obrador repite al tomar dinero de las Afores y omitir la justificación de la medida. Al desarmar importantes puntales que sostienen derechos, libertades y mejoras tal vez hoy no pague consecuencia alguna, pero una vez dispersados los fanatismos la historia lo llamará a rendir cuentas.

También te puede interesar: