Sinaloa.- Luego que la comisión de seguridad social del Congreso de la Unión aprobara el proyecto de Fondo de Pensiones para el Bienestar, iniciativa que ha generado un intenso debate entre expertos y legisladores, el economista Leobardo Diez-Martínez Guzmán expresó su preocupación respecto a la viabilidad y los fundamentos de esta reforma.

En sus declaraciones, señaló que el principal problema radica en la incertidumbre sobre los recursos que financiarían este fondo, ya que su único recurso cierto, de ser aprobado, serían las cuentas de las Afores no reclamadas de personas de 70 o 75 años, pertenecientes al IMSS o al ISSSTE, cuentas inactivas que representarían un monto estimado de alrededor de 40 mil millones de pesos, que se utilizarían para completar las pensiones de aquellos que lo necesiten.

Sin embargo, subrayó que este dinero pertenece a individuos específicos, ya sea que estén vivos, pero no hayan retirado sus fondos por algún motivo, o que sean herederos legítimos de personas fallecidas, por lo que cada peso en estas cuentas tiene un propietario definido, lo que plantea serias dudas éticas y legales sobre la legitimidad de utilizar estos fondos para otros fines.

Además, el economista cuestionó la sostenibilidad a largo plazo del Fondo de Pensiones para el Bienestar, ya que la propuesta carece de un sustento técnico adecuado y simplemente toma recursos de particulares para transferirlos a otros particulares, sin una base financiera sólida que garantice su viabilidad futura.

“Me parece claramente una medida electoral porque no sé si siquiera si vaya a aprobarse y de aquí para las elecciones, pues parece faltan unas cuantas semanas. Es muy fácil decir ‘okay, que le den una pensión de tanto’ muy bien, no hay ningún problema. ¿Dígame usted de dónde la van a sacar y quién la va a pagar?”.

 

Argumentó que la propuesta parece ser más una medida de carácter electoral que una política pública fundamentada en análisis rigurosos y estudios detallados, de ahí su preocupación por la falta de tiempo y seriedad en el tratamiento de un tema tan crucial como el sistema de pensiones, que afecta directamente la calidad de vida de millones de personas.

En lugar de adoptar medidas apresuradas y poco fundamentadas, el economista instó a considerar otras propuestas y estudios serios que aborden de manera integral los desafíos del sistema de pensiones en México, ya que la importancia de tomar decisiones informadas y responsables es lo que permitirá asegurar la estabilidad financiera y el bienestar de los ciudadanos a largo plazo.

Por su parte, César Miguel Valenzuela Espinoza, consultor y académico de la Facultad de Ciencias Económicas, señaló que, si bien existía una iniciativa desde el 5 de febrero, la nueva propuesta surge sin una explicación precisa de su funcionamiento y criterios de aplicación. “Es sumamente rápido esto, muy apresurado, pero además no es transparente, hay mucha opacidad en el esquema”.

Explicó que originalmente, la propuesta contemplaba beneficiar a personas que se hubieran dado de alta en el sistema del IMSS o ISSSTE y tuvieran ingresos de 16 mil 361 al momento de su pensión o jubilación. Sin embargo, la falta de sustento claro sobre cómo se financiará este fondo y quiénes serán los beneficiarios sitúa este proyecto en un foco de inquietud.

Una de las críticas más fuertes se dirige hacia la falta de equidad y transparencia en el proceso, pues Valenzuela destacó que la decisión de financiar el fondo utilizando recursos de las Afores de personas mayores de 70 años o inactivas no solo es injusta, sino que plantea interrogantes sobre su legalidad y sostenibilidad a largo plazo.

“No le veo una razón financiera, legal o en todo caso en materia de equidad y que justifique todo esto, pues las pensiones no pueden manejarse como programas asistencialistas, ya que están basadas en las contribuciones de trabajadores, empleadores y el Estado”.

 

Valenzuela dijo que, en comparación con estándares internacionales, el modelo propuesto carece de solidez financiera y transparencia, ya que, en muchos países, las pensiones representan un porcentaje máximo del salario, usualmente entre el 60% y el 70%, garantizando una calidad de vida digna para los jubilados, la diferencia es que son países con mayor poder adquisitivo.

En este sentido dijo, una de las claves para garantizar la viabilidad de los sistemas de pensiones es el crecimiento económico sostenido. Sin embargo, en México, la falta de un aumento significativo en los niveles de ingreso y la estabilidad económica dificultan la mejora de los sistemas de pensiones, de ahí que sea necesario un enfoque integral que incluya políticas destinadas a impulsar el crecimiento y mejorar los salarios.

“Esto es muy importante que se entienda, los gobiernos no tienen el cuerno de la abundancia, eso significa que la cantidad de dinero que manejan no es infinita, es producto de los ingresos que obtienen básicamente por la recaudación de impuestos, derechos, productos, y aprovechamientos, que a su vez tienen una serie de obligaciones, los gobiernos tienen un límite en sus ingresos”.

 

Ambos economistas coinciden en que la aprobación del Fondo de Pensiones para el Bienestar plantea más interrogantes que respuestas, ya que la falta de transparencia, la improvisación en su financiamiento y la ausencia de sustento financiero y legal generan preocupación sobre la viabilidad y equidad de este sistema.

TAMBIÉN PUEDES LEER: