Culiacán, Sinaloa.- Al interior de jardín Vía Esperanza, en Culiacán, se ubica un refugio para los amantes del café de especialidad. Claudia Flores, la mente maestra detrás de Kafena cuenta en entrevista para Espejo Negocios cómo se sumergió en el arte del barismo, cautivada por las múltiples facetas y posibilidades que ofrecía el café de especialidad.

Durante la pandemia del 2021 asistió a una Expo Café gourmet que la dejó intrigada por este mundo, y después de sufrir la pérdida de sus abuelos, impulsada por su amor por el café, decidió que era el momento de convertir su sueño en realidad. Aprovechó la oportunidad de colaborar con un restaurante familiar que se ubicaría en ese sitio, inicialmente como un modesto rincón dentro del establecimiento.

El crecimiento orgánico de Kafena fue provocado por la demanda de los clientes, quienes buscaban una experiencia más centrada en el café. Con el tiempo, la pequeña barra dentro de Narcisa se transformó en un espacio independiente que ofrece una gama de métodos de preparación y una selección cuidadosa de los procesos y de granos de café.

La visión de Claudia para Kafena va más allá de simplemente servir café. Desea educar a sus clientes sobre las complejidades y matices del café de especialidad, ofrecer una experiencia auténtica y educativa en cada taza.

“Un lugar donde yo me sienta cómoda y pueda disfrutar de un buen café y que los baristas también te cuenten de qué se trata todo lo que va detrás de la barra, que te expliquen lo que te estás tomando, cuáles son las diferencias en los granos’, todo esto me gusta mucho y necesitaba tener este lugar porque no lo encontré, yo no sabía que existían aquí en Culiacán esos tipos de cafeterías de especialidad”.

La estética de Kafena refleja su visión de crear un espacio acogedor y natural. Con tonos verdes que evocan la naturaleza y un ambiente relajado, invita a sus clientes a disfrutar del café en un entorno tranquilo y acogedor. En un mercado aún por explorar en la ciudad, Claudia impulsa su pasión y compromiso, con la visión de que sus clientes se cautiven a través de cada sorbo y de una experiencia única en cada visita.

Equilibrar la maternidad con el emprendimiento

 

Claudia reconoce el mayor desafío al que se enfrentó al principio: equilibrar su papel de madre con el compromiso de abrir su negocio desde tempranas horas de la mañana. La transición fue difícil para ella y su hijo, pero aprendió a delegar responsabilidades y confiar en su equipo para mantener el negocio funcionando sin comprometer su vida familiar.

“Me costó muchísimo, todo lo quería hacer yo, me sentía que, si no lo hacía así de cierta forma, con los procesos, que no iba a salir como yo quisiera, lo que hice también fue confiar, que las capacitaciones que les estábamos dando a nuestros baristas eran las necesarias y que estaban capacitados para hacerlo igual o mejor que yo, si hemos cuidado muchísimo eso temas de capacitar bien”.

 

Dice que el desafío de confiar en otros fue una lección crucial, ya que al inicio se resistía a dejar el control, pero con el tiempo comprendió la importancia de construir un equipo sólido y competente. Capacitar adecuadamente a su personal fue una prioridad que contribuyó a liberarla de la carga de trabajo excesiva, lo que le permitió confiar en ellos para mantener la calidad y el funcionamiento de Kafena.

Claudia también destaca la importancia de mantenerse activamente involucrada en su negocio, asegurándose de estar presente y conocer cada aspecto de Kafena. Aunque aspira al crecimiento futuro, se esfuerza por no descuidar lo que ya ha construido.

“A mí me gusta estar dentro del ruedo y entrar a veces a la barra, y estar en todas partes para conocer también el negocio, un negocio cuidado es donde tú puedas llegar y no me sienta como oxidada, en hacer las cosas, que pueda sacar algo, aunque esté enfocada en el crecimiento que viene, en qué sigue, en las metas que quiero lograr, pero sin descuidar lo que ya tenemos aquí”.

 

Reconoce que le habría gustado recibir palabras de aliento y consejos sobre la importancia de confiar en otras personas desde el principio. Su experiencia la lleva a inspirar a otros aspirantes a emprendedores, como es el caso de algunos de sus baristas. Claudia ofrece un consejo valioso: “Hazlo con todo y miedo”, ya que dice, los desafíos siempre estarán presentes, pero la diferencia radica en atreverse a dar el paso con valentía y perseverancia, recordando que nunca se sabrá el resultado si no se intenta.

De una barra pequeña en Narcisa a un espacio propio

 

“El crecimiento de llegar hasta aquí y ver que los clientes nos conocen y nos recomiendan es muy gratificante”, comparte Claudia con entusiasmo. Su pasión por el café se refleja en cada taza servida, y su compromiso con la calidad y la excelencia ha ganado la fidelidad de una base de clientes en constante crecimiento.

Recuerda cuando comenzó, como una pequeña barra de café en Narcisa, hasta convertirse en un punto de referencia para sus clientes, con un espacio propio. Pero el éxito de Kafena va más allá de servir una buena taza de café. Claudia se enorgullece de haber creado un ambiente acogedor donde tanto clientes como empleados se sienten como en casa.

“Es importante para mí mostrarle a mi hijo el valor del trabajo duro y el esfuerzo que conlleva dirigir un negocio”.

Explica que los baristas no son solo empleados, también son considerados miembros valiosos de una familia dedicada al arte del café, por ello invierte en su crecimiento profesional, para brindarles capacitación y oportunidades para desarrollarse. “Ver a nuestros baristas crecer y alcanzar sus metas es realmente gratificante”, dice Claudia con una sonrisa.

Pero Claudia no se conforma con el éxito actual de Kafena. Tiene grandes planes para el futuro. Revela que “Antes de abrir otra cafetería, quiero dominar el arte del tostado del café”. Ha invertido en cursos de tueste y admira profundamente a los tostadores que se dedican a perfeccionar su oficio.

A mediano plazo, Claudia planea expandir Kafena a nuevas ubicaciones, pero mantener siempre la calidad y la atención personalizada que han acreditado a su cafetería desde su apertura. Y a largo plazo, su visión va más allá de las fronteras de Sinaloa. Sueña con llevar el encanto de Kafena a otras partes del país, convirtiéndola en un destino puntual para los amantes del café.

“Algo muy íntimo donde sí puedo hacer muy personalizada la atención que están dando, que sea un lugar en donde los clientes reconozcan por ser un café de especialidad y de calidad en todos los aspectos”.

 

Claudia Flores puntualiza que con autenticidad y pasión busca que Kafena y su equipo desafíen los límites, eleven el estándar, y dejen marca en la escena del café de especialidad en Culiacán y más allá.

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