Culiacán, Sinaloa.- En el emprendimiento, la idea de negocio y la motivación son solo un punto de partida, sin embargo, para materializar un sueño y convertirlo en un negocio rentable, es fundamental dominar el arte del comercio, reconoce Pablo Sandoval, fundador de Secreto Restaurante, quien se lanzó a la aventura de abrir desde cero, y que luego de aprender a comerciar en el camino, lo reconoce como una extraordinaria tarea.
Desde la incertidumbre inicial hasta los problemas de costos y administración, su trayecto ejemplifica un arduo camino que muchos emprendedores enfrentan al ingresar al mundo empresarial.
En entrevista para Espejo Negocios comparte su experiencia sobre los obstáculos encontrados, los altibajos, las lecciones aprendidas y el poder de la pasión. Recuerda que cuando decidió dejar su empleo estable de nueve años y medio experimentó una montaña rusa de emociones. La idea de iniciar algo nuevo lo llenó de temor y ansiedad. Sin embargo, la pasión por la gastronomía lo impulsó a seguir adelante.
“Cuando empezamos el negocio, una semana antes de saber que me salía de un trabajo de 9 años y medio, una estabilidad, un sueldo fijo, seguro y todo ese rollo, de repente fue como una cubeta de agua fría, porque hasta fiebre me dio, me enfermé de saber que íbamos a empezar algo”, cuenta.
Al principio, la creación del menú fue un desafío. Inspirándose en otros restaurantes, Pablo y su esposa optaron por incluir clásicos como pizzas, ensaladas y pastas. Sin embargo, la falta de experiencia los llevó a aprender sobre la marcha. Ante el pedido de una pasta Alfredo en el día de la inauguración, recurrió a Google para aprender a preparar la receta.
Al seguir su curso en el negocio, luego de saltar por tres ubicaciones diferentes, de enfrentar otras adversidades y con algunas dificultades financieras, Sandoval consideró la venta o el traspaso del negocio, pero eso fue lo que finalmente lo embarcó en el viaje del descubrimiento empresarial. Con la guía de su amigo Luis Sánchez, aprendió a analizar los números y calcular márgenes de venta adecuados, proceso de declaración y aprendizaje que llevó al restaurante Secreto a su quinto año de operación, fortalecido y más preparado para los desafíos.
“Le llamo a mi amigo y le digo ‘la verdad, a veces no sentimos que hay solución, vamos a ver si vendo, traspaso o ya lo cierro’. ‘Cálmate, cálmate, voy a dejar todo’, y va mi amigo, le dice a mi esposa, ‘a ver ve los números’. Ahí ya fue de, ‘a ver Pablo ¿cuánto vendes?, ¿en cuánto tienes tus insumos?’, y ya vimos las tablas. ‘Ahora enfócate al margen de venta’, hicimos un porcentaje de cuánto es por los insumos, cuánto es de nuestros sueldos, para saber ¿Cuánto debe ser una renta que ocupamos?, ahí aprendimos cómo tienes que administrar un negocio, ya llevábamos cuatro años en ese tiempo, cómo en cuatro años con el proyecto estábamos aprendiendo todavía eso, era como otro cubetazo de agua fría”, cuenta.
El compromiso y la pasión por su arte lo llevaron a buscar soluciones creativas y a través de la orientación de su amigo, aprendió a formular las preguntas correctas para abordar los desafíos, cambiando su enfoque de los problemas a las soluciones. “Hay que aprender a hacer las preguntas adecuadas, a veces pregunta uno, ¿por qué me va mal? y no es enfocarte en mal porque desde ahí ya con las relaciones de las palabras haces un mantra, es preguntar lo adecuado, y en los procesos ubicar, ‘no le estoy teniendo margen de ganancia’, esa es una pregunta, ¿cómo tener mejor margen de ganancia? y ya aprender a porcionar”.
El viaje desde las pizzas en casa hasta abrir un restaurante
Hace aproximadamente una década, durante sus días de descanso junto a su esposa, surgió la idea de aventurarse en el mundo culinario. “Vamos a hacer algo”, se decían, y algo que comenzó como una actividad de fin de semana con pedidos de pizzas caseras, pronto se convirtió en una pequeña empresa. “Un sábado empecé a hacer pizza y luego a unos vecinos les gustó y nos agarramos a veces así de que los sábados hacíamos por pedido”, recuerda.
Con la determinación y el apoyo mutuo, decidieron dar el paso hacia el emprendimiento, sin saber realmente lo que les esperaba, y junto a su esposa, buscó un nombre que reflejara la esencia de su negocio, uno que fuera “locochón” y “tierno” a la vez. Fue entonces cuando, observando un árbol que ocultaba parcialmente el local que deseaban rentar, surgió la idea de “Secreto”.
“El logotipo de hecho es la fotografía de la cara de ella y un corazón con los ingredientes. Le ponemos el corazón porque el secreto para la comida es hacerlo con amor, por eso el simbolismo”, señala.
“Sabíamos muy poco lo que era abrir un negocio”, admite Pablo. Y a pesar de tener una idea clara de lo que querían ofrecer, pronto se encontraron enfrentando paredes de realidad empresarial que no habían anticipado. “Nos topamos con paredes rápido. No sabíamos que deberíamos de tener una inversión de colchón, y todo eso”. Además, la inexperiencia en el mundo culinario también planteó desafíos. A pesar de su pasión por la cocina, reconoce que tenía mucho que aprender, pero gracias a la orientación de su amigo ha podido sortear algunos de los obstáculos.
“Tengo un amigo que es maestro de gastronomía y a la cual le pedí consejos. Me dijo que me lanzara a la brava y que cualquier duda que tuviera, le preguntara”. Secreto Restaurante ha prosperado gracias al trabajo duro, la pasión y la dedicación. “Le digo a mi esposa que cuando las cosas se van dando solas como que esa sinergia ayuda, es como que hazlo y no pensarla tanto”.
Pasión, perseverancia y crecimiento
Uno de los aspectos más gratificantes para Pablo es la conexión que ha logrado establecer con sus clientes. “Tenemos una clienta que cuando empezamos en el primer punto ella tenía 13 años y ahorita ya tiene casi 22 y sigue siendo nuestra clienta, nos ha visto crecer”, cuenta. El secreto de su éxito radica en la perseverancia y el amor por lo que hacen y rechaza la noción convencional de que un negocio debe ser rentable en un plazo determinado.
“Mucha gente dice que, si un negocio no funciona en dos años, no es negocio. Pero yo creo que la receta está en la pasión que le pongas. Yo no me veo haciendo otra cosa que no sea este restaurante, la cocina me apasiona”.
Cuenta que el aprendizaje ha sido constante en este viaje, cómo el ir perfeccionando sus recetas a través de la experimentación y el feedback de sus clientes. “La masa madre ha sido un gran reto. Hemos visto tutoriales, probado diferentes recetas y creado nuestra propia fórmula, con un fermento especial y la harina con el porcentaje de proteína ideal”. Dice que la clave del éxito de Secreto Restaurante radica en dos pilares fundamentales: la perseverancia y la pasión.
En lugar de abrir numerosas sucursales, advierte que su enfoque está en hacer crecer el negocio de manera orgánica y sostenible, manteniendo siempre la calidad y la autenticidad. Además, busca diversificar su oferta sin perder la esencia que lo ha llevado al éxito. A través de la perseverancia, el aprendizaje constante y el apoyo de su amigo, la visión que comparte es que cada desafío es una oportunidad para crecer y aprender.
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