México.- En medio de una creciente preocupación por la economía familiar, un informe reciente del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) reveló un panorama alarmante: desde el inicio del gobierno de la 4T, el costo de los alimentos en México ha experimentado un incremento desmesurado.
Según el reporte, comer se ha vuelto hasta un 50% más caro durante este sexenio, con aumentos que llegan a alcanzar un asombroso 176% en productos como la tortilla y las frutas.
La inflación general del país ha alcanzado una tasa preocupante del 30.13% entre diciembre de 2018 y marzo de 2024, lo que significa que los mexicanos deben destinar un 30% más de su presupuesto en alimentos para mantener su nivel de consumo. Este incremento se ha visto reflejado especialmente en el precio de los granos básicos como maíz, trigo, frijol y arroz, con un aumento del 40.5% durante el sexenio.
Sin embargo, son los alimentos más básicos y esenciales para la dieta diaria los que han sufrido los mayores embates. El precio de las frutas y verduras ha experimentado un aumento anual del 12.25%, casi triplicando la tasa nacional de inflación, según datos del Inegi. Esto se traduce en encarecimientos del 48% al 176% en productos como limón, pepino y naranja.
El limón, por ejemplo, se ha convertido en el líder supremo del encarecimiento, con un aumento de más del 176%, seguido de cerca por el pepino con un incremento de más del 120%. La tortilla de maíz, uno de los alimentos más básicos en la dieta mexicana, ha visto un aumento del 66%, mientras que productos como el pollo y el huevo han experimentado aumentos del 48% y 45% respectivamente.
Estos incrementos han impactado severamente en la economía de los hogares mexicanos, obligando a muchas familias a comprar menos, gastar más o incluso dejar de adquirir ciertos productos hasta que sus precios se estabilicen. La crisis alimentaria se agrava aún más considerando que estos productos representan la base de la alimentación de millones de personas en el país.
Ante este panorama, se hace urgente que las autoridades tomen medidas efectivas para contrarrestar esta escalada de precios y garantizar el acceso de la población a alimentos básicos y asequibles. De lo contrario, la crisis alimentaria podría profundizarse y afectar aún más la calidad de vida de los mexicanos en los años venideros.
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