México.- Décadas de practicar un sistema agroindustrial que no tomó en cuenta la dinámica de los ecosistemas nos ha traído a un escenario en el que el suelo, la base de nuestra producción agrícola, se encuentra cada vez más degradado, afectando sobre todo a quienes cuentan con menos recursos para adaptarse al cambio climático: los pequeños productores.

Entre los factores que contribuyen a esta vulnerabilidad, indicó la Dra. Zayda Vargas Espíndola, se encuentran sus bajos ingresos, la falta de capital de trabajo y el acceso limitado a asistencia técnica para acceder a créditos y mercados.

“En realidad los pequeños productores tienen una capacidad baja para adaptarse al cambio climático. Muchos dependen de subsidios y tienen poca posibilidades de acceder a financiamientos, pues para acceder a estos se requieren de garantías o asociaciones que reciban esos recursos”, indicó la experta en problemas económicos agroindustriales durante el webinar “Proyecto SAbERES: Por paisajes y comunidades rurales resilientes”, realizado en el marco de la Cumbre Climática Juvenil de Sinaloa 2024.

Durante el mismo, la coordinadora de políticas públicas del proyecto en el World Resources Institute México, contó cómo a través de la Soluciones Basadas en los Ecosistemas, el proyecto SAbERES ha acompañado a 10 distintos modelos de producción sostenible, con esquemas que van desde la siembra de café o cacao, hasta la apicultura y el ecoturismo.

Dos de los modelos que han acompañado con éxito son los de siembra de agave y de maíz, dos cultivos que actualmente son relevantes para el campo sinaloense.

“Son al menos 10 sistemas productivos con los que se está trabajando. Se trabajó identificando áreas de vulnerabilidad y baja capacidad de adaptación, con organizaciones de pequeños productores, con alta biodiversidad y procesos bioculturales”, añadió la investigadora en desarrollo rural.

Así, este proyecto ha brindado acompañamiento a comunidades de 100 municipios en 10 estados con el fin de mejorar su capacidad de organización para brindarles capacitación y facilitarles acceso a financiamiento. Esto para financiar medidas de adaptación climática basada en la naturaleza en temas como rehabilitación de suelos, bancos de forraje, diversificación de parcelas, control integrado de plagas, retención de humedad y polinizadores, entre otros.

“La idea de los saberes es mejorar la resiliencia y la adaptación al cambio climático de pequeños productores en regiones vulnerables del país”, explicó Vargas Espíndola.

A la fecha, SAbERES se encuentra en el proceso de implementación de prácticas adaptadas al cambio climático y espera lograr atender 300 mil hectáreas, así como fortalecer las capacidades técnicas de al menos 6 mil productores, lograr financiar 50 empresas forestales y agrícolas de pequeños productores, así como para 3 mil personas productoras y el fortalecimiento de capacidades de por lo menos 2 mil personas tomadoras de decisiones.

SAbERES está lidereado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés) e implementado por el consorcio conformado también por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola (IICA), el Instituto Internacional para al Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), el Grupo Autónomo para la Investigación Ambiental (GAIA)

PARA SABER: Actualmente, el promedio de extensión de las parcelas de pequeños productores en México es de 2.5 hectáreas, indicó Zadya Vargas Espíndola.

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