Culiacán, Sinaloa.- En medio de un mundo con una crisis climática que ya se ha vuelto el centro de las preocupaciones globales de la humanidad, el sector privado se ha quedado sin margen de maniobra para asumir los retos que impone la nueva realidad climática en todos los aspectos de nuestras vidas.

El tema, como sí lo era en la décadas de los 70’s, ya no tiene que ver con hacer lo correcto o la buena voluntad de los empresarios, pues actualmente la crisis climática empieza a imponer barreras a las empresas que no integren en sus cuentas sus costos ambientales.

Pero por otro lado, consumidores y administraciones públicas también empiezan a establecer mecanismos para premiar a aquellas iniciativas de negocio que incluyan en su modelo medidas de mitigación para cuidar el equilibrio climático y medioambiental.

En este sentido, el concepto de ciudades circulares propone un marco de referencia que ya está moviendo a ciudades, empresas y legisladores de todo el mundo hacia un mundo más integrado a los ciclos de producción y consumo naturales.

Ciudades circulares y circularidad urbana

 

Como parte del ciclo de conferencias “Tejiendo Ciudades” organizado por el Cuerpo Académico Gestión Urbano-Regional de la Facultad de Arquitectura de la UAS, el Dr. en Economía Rafael Figueroa Elenes, ofreció la ponencia “Ciudades circulares y circularidad urbana”.

Durante la misma, el economista planteó una serie de cuestiones que, de ahora en adelante, tanto las empresas existentes como los nuevos emprendimientos tendrán que responder de cara a un mundo de consumidores que exigen acción climática en los productos y servicios que consumen; pero también atendiendo a las cada vez más legislaciones y planes administrativos que plantean acciones en este sentido.

“De ahora en adelante las empresas deberán tener respuestas para preguntas como ¿Qué materias primas utilizo? ¿Qué fuentes de energía son menos agresivas con el medio ambiente y la salud? ¿Cómo son mis proveedores? ¿Cómo diseño? ¿Cómo fabrico? ¿Cómo distribuyo? ¿Dónde deposita el consumidor el producto después de su uso? ¿Cómo recupero? ¿Con quién y cómo colaboro para hacer una recuperación más rápida y más barata?”, indicó Figueroa Elenes.

 

Pero además, el Dr. en Economía explicó que los incentivos para avanzar hacia la circularidad en economía también empiezan a surgir en forma de beneficios fiscales, certificaciones y reconocimiento social; incluso mencionó que va a llegar un momento en que la posibilidad de exportar y el acceso a financiamiento sean condicionados al cumplimiento de metas de circularidad al interior de las empresas.

La economía circular

La economía circular, explicó Figueroa Elenes, es una propuesta de modelo de producción alternativo al conocido como modelo de producción lineal, el cual no toma en cuenta los costos ambientales que produce y que nos ha traído a un mundo con calentamiento global, destrucción del ambiente y el agotamiento de los recursos naturales.

“En este modelo productivo lineal se sigue una secuencia en donde lo primero es la extracción de los recursos naturales, luego el consumo de ellos y luego el desecho; pero esa ruta se ha vuelto insostenible, es necesario entonces cambiar la forma en la que hemos estado haciendo las cosas”, planteó Figueroa Elenes.

 

En lo que va de este siglo hemos utilizado tantos materiales como todos los que fueron utilizados durante el siglo 20, el siglo pasado. Ahora estamos extrayendo 100 mil millones de toneladas de nuevas materias primas de la tierra que significan tres veces más que las que extraíamos hace 50 años. El modelo lineal en consecuencia produce toneladas de residuos que en su mayoría no son reciclables; son productos que en su elaboración consumieron energía consumieron transporte y entonces tienen en consecuencia una huella de carbono integrada”, añadió.

En contraparte, la economía circular propone la recuperación de estas toneladas de residuos, materiales que hoy consideramos desechos, para incorporarlos de nuevo al proceso productivo; y los sectores que más oportunidades ofrecen en este sentido son los de Energía, Movilidad, Construcción, Alimentos, Residuos domiciliarios e industria manufacturera.

A nivel gobiernos, añadió el economista, ciudades como Milán, Glasgow, Ámsterdam, e incluso la Ciudad de México, con su Ley de Economía Circular, ya tienen importantes avances en este sentido.

Y entre las acciones que ya se están implementando para hacer a las ciudades cada vez más circulares están:

  • Crear sistemas de recolección de residuos con separación de materiales
  • Crear desincentivos a la producción de residuos
  • Cobrar impuestos diferenciados a comercios circulares
  • Promover centro de innovación para identificar oportunidades de economía circular

 

Hay una estimación, abundó, que calcula que una transición hacia las ciudades circulares en los próximos 30 años podría reducir a la mitad los costos de movilidad de la población, así como entre 25 y 40 por ciento los costos de los alimentos y de la vivienda; además permitiría una reducción de hasta 48% en las emisiones de CO2 durante la próxima década.

Por último, el economista aseveró que la economía circular y las ciudades circulares no son una moda, pues las leyes para su implementación ya están siendo aprobadas prácticamente en todo el mundo “y se van a tener que implementar y se van a tener que respetar” en la búsqueda de ciudades más prósperas, habitables y resilientes.

PARA SABER: La primera referencia al concepto de Economía Circular se encuentra en el libro “Economía de los Recursos Naturales y el Ambiente”, publicado por David Pearce y R. Kerry Turner en 1989. Más recientemente, en el 2012, la Fundación Ellen McArthur publicó el libro  “Hacia la economía circular: Racionalidad económica y de negocios para una transición acelerada”.

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