Culiacán, Sin.- Sobre el Paseo Niños Héroes, mejor conocido por los culichis simplemente como Malecón viejo, quedan algunas pocas casas residenciales que en el pasado fueron habitadas por familias prominentes de la ciudad.
Una de ellas, la cual permanece con su diseño original desde su construcción, es la casa ubicada sobre la calle Rubí, esquina con malecón, y que en el presente alberga las oficinas centrales de un partido político.
¿Cuál es la historia de esta vieja casa?
Los datos mejor documentados los encontramos en el libro “El vago del malecón”, del finado periodista sinaloense Antonio Pineda.
Al autor nos narra que esta bella casa albergó en un principio al matrimonio de Alberto Schiller y su esposa Carmen Astorga de Schiller. El primero fue un alemán que llegó a Culiacán a trabajar como técnico en una tenería, propiedad de otros alemanes radicados en Sinaloa de apellido Timmerman.
Con los años, don Schiller optó por quedarse en nuestra ciudad y hasta se casó con la sinaloense mencionada al inicio.
La familia Schiller construyó en la esquina de malecón y avenida Rubí esta residencia a inicios de la década de los 40’s, en la que puede verse, bajo uno de los ventanales, un escudo heráldico o escudo de armas.
“La casa es rara; pero, bonita y llama la atención un escudo heráldico que aparece, en bajorrelieve, al pie de uno de los grandes ventanales que dan precisamente al malecón. Ignoro la razón de ese escudo de armas. Tal vez solo sea adorno. Tal vez, expresión de la procedencia aristocrática del propietario”, se lee en el libro.
Posteriormente, relata Antonio Pineda, durante el gobierno de Alfonso G. Calderón (1975-1980), la casa de los Schiller fue adquirida por el Gobierno del Estado y entregada a Miguel V. Gaxiola.
Lo anterior, en compensación por otras que Gaxiola poseía por la calle Rafael Buelna al oriente y que era imprescindible demoler para construir lo que hoy es el Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC).
Luego los descendientes de Miguel Gaxiola también habitaron la casa, particularmente su hija Yolanda Gaxiola y su esposo Emilio Aguerrebere, otro destacado empresario.
Cabe mencionar que para 1988, año de la publicación de “El vago del malecón”, esta casa todavía no era ocupada por el partido político que hoy la alberga.
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