Culiacán, Sin.- Durante su visita en Culiacán para hablar sobre justicia transicional, el especialista en derechos humanos, Jacobo Dayán, sostuvo que las fiscalía estatales en México están para resolver y operar en clave política, y no en clave de estado de derecho.

Invitado por el periódico Noroeste, abordó lo que llamó la epidemia de violencia e impunidad en la que el país se encuentra desde hace muchos años.

El actual director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, explicó que las diferentes violencias que se exacerban en el territorio nacional son una epidemia extraordinaria, la cual se quiere atender con instituciones de procuración de justicia ordinarias.

Se refirió a las múltiples violencias como feminicidios, desapariciones, ajustes de cuentas, desplazamiento forzado, la devastación de tierra y territorio; la impunidad es otra crisis grave, dijo, al tener un extremo de 115 mil carpetas de investigación abiertas por desaparecidos, de las cuales solo ha habido 35 sentencias firmes.

“La crisis de impunidad es absoluta. Por eso, la ONU ha dicho que en México las desapariciones es el crimen perfecto, no hay castigo. La impunidad ronda mas del 94 por ciento, es decir, una crisis de justicia”, enfatizó.

 

Jacobo Dayán matizó que su charla no era para politizar el tema de las violencias, ya que no es un problema de este gobierno, ni los anteriores, sino del propio Estado mexicano.

“Aunque funcionaran nuestras fiscalías no alcanzaríamos a atender la crisis. ¿Sería humanamente posible hacer 350 mil investigaciones por homicidios, 115 mil investigaciones por desaparición, 40 mil por tortura de las que hay denunciadas y 10 feminicidios diarios? No, porque necesitaríamos un sistema de justicia extraordinario que atendiera eso”, expuso.

Mencionó el caso de otros países que han estado en condiciones similares en el pasado, quienes comenzaron a pensar en cómo transitar de una sociedad violenta a reconstruirse. Jacobo Dayán comentó que lo primero sería construir la confianza entre la ciudadanía y las instituciones, haciéndose cargo de lo que ha ocurrido, del pasado, “sin borrón y cuenta nueva”.

“Si no tenemos un diagnóstico de lo que nos está ocurriendo difícilmente vamos a poder resolverlo. México tiene violencias muy diversas donde participan actores muy diversos, agentes del Estado, grupos del crimen organizado, el Ejército, las policías estatales, municipales, las fiscalías, grupos paramilitares, son violencias muy complejas”, explicó.

“La violencia que hay en Culiacán no se puede explicar de la misma forma que la violencia en Oaxaca. No sabemos qué tenemos, el periodismo hace una chamba, las universidades hacen otra chamba, no tenemos diagnósticos”, continuó.

 

Dijo que algo que han hecho países como Argentina, Guatemala, Colombia o Perú, son las llamadas Comisiones de la Verdad independientes, levantando miles de testimonios de víctimas de la violencia, las víctimas de hoy y las del pasado, pero también de los propios perpetradores y funcionarios públicos que vieron esos procesos desde adentro.

Lo anterior, para entender qué está pasando y escucharnos a nosotros mismos, procesar esos testimonios y entender esa narrativa para saber cuáles son los problemas que estamos viviendo. Recordó que las Comisiones de la Verdad que se han levantado en México han fracaso porque tienen sesgo ideológico.

“Ese es un problema, con Fox hubo una de esas comisiones, pero acabó en un fracaso enorme. Ahora tenemos dos de esas comisiones, la de Ayotzinapa y de la Guerra Sucia. ¿Qué tenemos? Que el gobierno no ha querido dar información, son comisiones que están metidas en un gobierno y nos van a decir qué nos les gusta, tiene que ser independiente”, sostuvo.

El especialista informó que estas comisiones fueron exitosas en los países mencionados luego de vivir procesos violentos.

También precisó que la justicia transicional no castiga a todos los responsables de los casos individuales porque sería imposible terminar, sino que se tiene que ir por el personaje de más alto rango, como un general, un presidente e inclusive el narcotraficante más poderoso.

“La justicia transicional es transitar de un sistema violento a uno medianamente en paz, se sustenta primero en el diagnóstico, en la verdad levantada a partir de miles de testimonios y luego la justicia de los máximos responsables de los peores crímenes”, indicó.

 

Finalmente, el Dayán dijo que es necesario entender que en la justicia transicional y en momentos de violencia desbordada no va haber toda la justicia para todas las víctimas; pero se debe conocer toda la verdad posible.

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