Por: Victoria Dittmar y Parker Asmann / InSight Crime
En un sorprendente giro de acontecimientos, dos de los narcotraficantes más buscados del Cartel de Sinaloa se encuentran bajo custodia en Estados Unidos, lo que marca un momento histórico para el crimen organizado en México, pero que probablemente no alterará el flujo de drogas que el cartel trafica a nivel mundial.
El 25 de julio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos informó mediante un comunicado de prensa que las autoridades habían arrestado a Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, y a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán alias “El Chapo”. El arresto ocurrió en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, presuntamente en un aeropuerto privado.
Aún no está claro cómo se desarrollaron los hechos. Varias fuentes del gobierno estadounidense, que tenían conocimiento de la operación pero no estaban autorizadas a hablar sobre el asunto, dijeron a InSight Crime que los dos sujetos orquestaron su entrega a las autoridades estadounidenses. Sin embargo, otros medios de comunicación sugirieron que ambos podrían haber sido llevados a Estados Unidos bajo falsos pretextos, o que el menor de los Guzmán López había engañado al mayor de los Zambada García.
El fiscal general de Estados Unidos Merick B. Garland se refirió a las capturas como un hito en la lucha contra el tráfico de fentanilo, el opioide sintético que ha contribuido a un récord de muertes por sobredosis en el país. Con frecuencia se cita al Cartel de Sinaloa como uno de los dos grupos criminales mexicanos que suministran la mayor parte del fentanilo a Estados Unidos.
“El fentanilo es la amenaza de drogas más mortífera a la que se ha enfrentado nuestro país, y el Departamento de Justicia no descansará hasta que todos y cada uno de los líderes, miembros y asociados de los carteles responsables de envenenar a nuestras comunidades rindan cuentas”, dijo Garland en un comunicado.
Zambada García es uno de los miembros fundadores del Cartel de Sinaloa y posiblemente el último miembro de vieja data del grupo. A diferencia de muchos de sus socios, logró eludir la captura durante más de cuatro décadas, todo ello mientras presuntamente dirigía las operaciones de narcotráfico de una facción clave del grupo.
Además, su organización contaba con diversos brazos armados, incluyendo Los Rusos y Los Ántrax, quienes le garantizaban el control territorial de los corredores hacia la frontera, en los estados de Baja California y Sonora.
Antes de su captura, el gobierno de Estados Unidos ofrecía por él una recompensa de hasta US$15 millones. Los fiscales del Distrito Este de Nueva York acusaron a Zambada García en febrero de este año de supervisar presuntamente el “tráfico de decenas de miles de libras de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo a Estados Unidos”.
Por su parte, Guzmán López había estado en el punto de mira de las autoridades estadounidenses desde que las autoridades mexicanas extraditaron a su padre a Estados Unidos en 2016 tras su tercera detención. La Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA) lo ha acusado a él y a tres de sus hermanos, conocidos colectivamente como los Chapitos, de estar entre los principales responsables de la avalancha de fentanilo ilícito traficado a Estados Unidos.
Análisis de InSight Crime
La captura de Zambada García y Guzmán López por parte de las autoridades estadounidenses es una victoria importante, pero sobre todo simbólica. Aunque el poder y el alcance del Cartel de Sinaloa se han basado durante mucho tiempo en su participación en el tráfico de cocaína, son las drogas sintéticas, especialmente el fentanilo, las que se han convertido en la prioridad de Estados Unidos en los últimos años.
Si bien la captura de Zambada García marca la caída de uno de los últimos narcotraficantes de vieja data en México, fuentes dijeron a InSight Crime que en los últimos años se había alejado de las operaciones cotidianas del Cartel de Sinaloa.
Desde una entrevista concedida en 2010 al periodista mexicano Julio Scherer, El Mayo ha mantenido un perfil muy bajo a pesar de las detenciones de varios socios y familiares, algunos de los cuales, como su hermano Jesús “El Rey” Zambada García y uno de sus hijos, Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, pasaron a cooperar con las autoridades estadounidenses.
Aun así, su arresto es un importante logro para las autoridades estadounidenses. Se produce dos meses después de que su sobrino, Eliseo Imperial Castro, alias “Cheyo Ántrax”, fuera asesinado en una emboscada en Culiacán. Imperial Castro era un miembro de alto rango del ala de seguridad de su facción del Cartel de Sinaloa.
Sin embargo, es probable que estas capturas no afecten el flujo de drogas sintéticas, especialmente fentanilo, hacia Estados Unidos.
La cadena de suministro de drogas sintéticas –con la gran mutabilidad de los ingredientes, las múltiples líneas de suministro derivadas del comercio mundial de productos químicos y las cantidades mínimas traficadas– ha dado lugar a una operación mucho más descentralizada con barreras de entrada relativamente bajas, lo que reduce la importancia de actores únicos como el Cartel de Sinaloa.
Esto es particularmente cierto en el caso del fentanilo. Como ha documentado InSight Crime en una investigación de varios años sobre la cadena de suministro, este opioide es producido clandestinamente en México por numerosos operadores que utilizan sustancias químicas suministradas en su mayor parte por China.
Los productores y traficantes de metanfetamina y fentanilo en México a menudo trabajan de manera semi-independiente y no necesariamente dependen de organizaciones jerárquicas, como lo son los Chapitos, el grupo de El Mayo u otras facciones asociadas al Cartel de Sinaloa.
De hecho, varios productores independientes de fentanilo y metanfetamina que ha entrevistado InSight Crime en Sinaloa y Michoacán el último año aseguran haber montado sus propias operaciones con la ayuda de proveedores de insumos químicos locales y en el extranjero. Solo recurren a las grandes organizaciones criminales para venderles parte de sus productos al por mayor o para que estas les provean seguridad.
Y aunque el Cartel de Sinaloa desempeña un papel vital en el transporte y la venta al por mayor, no es más que una parte de una vasta cadena de suministro.
Es probable que haya un periodo temporal de incertidumbre entre las facciones asociadas con Zambada García y los Chapitos, mientras tratan de realinearse y renegociar acuerdos comerciales y de protección. Pero para las decenas de redes independientes y semi-independientes de producción y tráfico de drogas, las recientes detenciones no les impedirán continuar con sus operaciones.
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