Ismael Zambada García, “El Mayo”, no se entregó voluntariamente, sino que Joaquín Guzmán López, hijo de su ex socio Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, lo secuestró para llevarlo de manera forzada a Estados Unidos, donde fueron aprehendidos.

El periodista Keegan Hamilton logró entrevistar al abogado Frank Perez, quien está a cargo de la defensa de Zambada García en la corte del distrito oeste de Texas, para LA Times, en la que logró conocer dicha versión que pone tensión en el territorio mexicano.

“Fue emboscado, tirado al suelo y esposado por seis hombres con uniformes militares y Joaquín. Le ataron las piernas y le colocaron una bolsa negra en la cabeza. Después lo metieron en la parte trasera de una camioneta y lo llevaron a una pista de aterrizaje. Allí le obligaron a subir a un avión, con las piernas atadas al asiento por Joaquín, y le llevaron a Estados Unidos contra su voluntad”, le dijo Perez a Hamilton.

Esta declaración es la versión oficial de lo sucedido la tarde del jueves 25 de julio, cuando Zambada García y Guzmán López fueron detenidos en un aeropuerto cercano a El Paso, Texas.

Esa misma versión es la narrativa de una desaparición forzada cometida por criminales que pueden ser leídas prácticamente de manera diaria en México, solo que esta vez trató de una liberación en Estados Unidos donde Zambada García fue aprehendido.

Las autoridades mexicanas relataron la mañana del viernes que se desconocía qué sucedió un día antes, pero horas más tarde se envió a 200 militares de fuerzas especiales a Sinaloa y dos días después a otros 200 elementos más.

“La Secretaría de la Defensa Nacional a través de las Comandancias de la III Región Militar y 9/a. Zona Militar, hacen del conocimiento que en el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y de la política de cero impunidad del gobierno federal y con trabajos de inteligencia, esta fecha, fueron desplegados 200 militares del Cuerpo de Fuerzas Especiales y de la Brigada de Fusileros Paracaidistas del Ejército Mexicano en Culiacán, Sinaloa, con el fin de reforzar el actual despliegue operativo que se mantiene en ese municipio”, se lee en un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional.

La dependencia explicó que los militares llegaron a Culiacán en dos aeronaves para “contribuir a inhibir las actividades ilícitas de grupos delictivos con presencia en citada entidad federativa, así como preservar y garantizar la libertad, el orden y la paz pública de los habitantes de esa región del país”.

El ánimo en Sinaloa corre como cualquier otro fin de semana, con un clima que supera los 30 grados, con personas en las playas, los ríos y dentro de plazas y restaurantes con aire acondicionado para menguar el calor, todo eso mientras ve pasar convoyes de soldados que cada vez son más en el Estado. Actualmente ya hay al menos 3,200 militares en las calles.

“Las unidades de Fuerzas Especiales y Fusileros Paracaidistas se caracterizan por su rapidez, movilidad, capacidad de despliegue y reacción que les permite generar y explotar con eficacia productos de inteligencia, contando con gran variedad de armamento, material, equipo, aeronaves y adiestramiento especializado para operar en cualquier ambiente geográfico”, se lee en el comunicado.

Algo similar al ambiente de este fin de semana se parece a lo que sucedió el fin de semana del 22 de marzo, cuando fueron desaparecidas de manera masiva por lo menos 66 personas. Los responsables de las desapariciones fueron grupos criminales que usaron la desaparición como método para presionar a sus adversarios, según informó el gobierno de Sinaloa.

La reacción estatal fue enviar centenas de militares a las calles de Sinaloa, principalmente en Culiacán y Mazatlán, para hacer trabajos de inteligencia, aunque cada una de las 66 personas fue liberada por los grupos criminales.

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