Mazatlán, Sinaloa.- Durante los últimos 100 años el papel de zoológicos y acuarios en la sociedad ha cambiado drásticamente, reconoce el director general del Acuario de Mazatlán, Simon Norris.
En entrevista para Espejo, el zoólogo y heredero de una tradición de casi 100 años en el manejo de zoológicos y acuarios, indica que el cambio en estos espacios ha sido total. Antes, señala, estos eran “bibliotecas” o “mostradores de animales vivos”, pero más recientemente los administradores empiezan a considerar a los animales en cautiverio como embajadores de sus contrapartes silvestres, con todo lo que eso implica.
“El cambio más grande es que ahora se habla mucho más del hábitat, del medio ambiente y donde viven estos animales; porque la idea de los zoológicos modernos es que los animales son embajadores de los que son silvestres, y si no los ponemos en vista al público, pues no lo aprecian y no lo protegen”, comentó el zoólogo.
The Royal Menagerie at Exeter Change owned by Cross’s predecessor Stephen Polito. Rudolph Ackermann The Repository of Arts volume 8 July 1812.
Norris, quien en sus 35 años de experiencia como consultor de acuarios y zoológicos ha pasado por más de 65 países, señala que ha podido incidir en este tema al trabajar directamente con los arquitectos y diseñadores de zoológicos y acuarios, y adaptar sus propuestas para integrar una visión ecosistémica.
Por lo menos desde los últimos 10 años, considera, han sido muchísimas las exhibiciones que buscan mostrar, no a especies aisladas, sino habitats que reúnen a especies que naturalmente viven juntas en comunidades, y donde las interacciones entre las mismas se asemejan a como es su vida en libertad.
Esto, amplía Norris, se conoce como “enriquecimiento ambiental” y se refiere a prácticas y estrategias diseñadas para mejorar la calidad de vida de los animales en cautiverio, al proporcionarles estímulos que fomenten comportamientos naturales y reduzcan su estrés y aburrimiento. Lo que se busca, motivados por el bienestar animal y la educación ambiental, es que los animales puedan ejercitarse, explorar, buscar alimento y socializar como si fueran libres en sus lugares de origen.
Los resultados de este tipo de estrategias, comparte Norris, son exitosos. “Por ejemplo, nuestros lobos marinos. En el mar, aquí en el Mar de Cortés (Golfo de California) tienen una vida normal natural de 13 y hasta 20 años. Pero en cautiverio tenemos animales que viven 30 años. Eso significa que los veterinarios y los cuidadores de estos animales ya tienen mucha más experiencia, muchos más estudios, y los animales viven mucho más”, señala.
Zona de medusas en el Acuario de Mazatlán. FOTO: César Ernesto Hernández
Pingüinarios, un reto
Uno de los principales retos que se ha encontrado en esta carrera son la construcción de pingüinarios, pues estos requieren mantener condiciones controladas de refrigeración y filtración. Por venir de condiciones muy frías, explica, los pingüinos son muy delicados en cautiverio.
“Fui conocido por muchos años como el hombre de los pingüinos, porque hice cinco o seis Pingüinarios en varias partes del mundo. Este tema fue muy complicado porque es ingeniería, acuarios, frío, refrigeración, filtración, todos temas muy complicados para mantener a los pingüinos. Por ejemplo en el aire que respiran: porque en la Antártida, de donde vienen, no hay bacterias, no hay hongos, no hay nada. Entonces es muy difícil recrear estas condiciones”, explicó.
Regresar lo salvaje a las ciudades
Para Simon Norris la importancia de los zoológicos y acuarios radica en que permiten a una sociedad enajenada dentro de las ciudades y dentro de los dispositivos electrónicos, el descubrir que el mundo natural está ahí, que todavía existe y que tenemos que conocerlo para poder protegerlo.
Reconoce que, con casi 8 mil millones de habitantes viviendo en su mayor parte en las ciudades, la mayoría de las personas vivas hoy (2024) no tienen contacto con la naturaleza y en ese sentido, espacios como el Acuario de Mazatlán buscan enviar un mensaje de protección.
“Protegemos el mar, protegemos los animales y protegemos el hábitat, y si protegemos el hábitat, sin exagerar, protegemos a todo el mundo. El equilibrio de la naturaleza es muy delicado y lo estamos afectando con el cambio climático.
LO DIJO:
“Somos el Gran Acuario Mazatlán. Ofrecemos al público, a los mexicanos y a los turistas internacionales, una experiencia única, una experiencia de divertimento; pero también de educación en medio ambiente, y la entrada al acuario ayuda a nuestros programas de conservación y nuestros programas de educación que ya están difundiendo en toda Latinoamérica. Somos el Acuario y atracción turística número uno en México y el acuario más importante de Latinoamérica”.
- Simon Norris, Director General del Acuario de Mazatlán.
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