América Latina.- Además de riesgos por golpe de calor, trabajar bajo condiciones de calor extremo puede causar enfermedad renal crónica no tradicional, lo que, en el peor de los casos, puede llevar a las personas a la muerte.
Durante el webinar “Nuestro trabajo en riesgo ante un calor que no es normal“, organizado por el Pulitzer Center, se indicó que la Enfermedad Renal Crónica No Tradicional (ERCnT), descrita por primera vez en el año 2000 en Centroamérica, ha causado la muerte de más de 20 mil trabajadores en tan solo una década.
Francisco Chesini, especialista en ingeniería sanitaria de la Alianza Global por el Clima y la Salud (GCHA), señaló que esta forma de nefropatía no está asociada con los factores de riesgo tradicionales como la diabetes, la hipertensión o la obesidad, y afecta principalmente a hombres jóvenes, trabajadores agrícolas expuestos a condiciones de calor extremo.
Está situación, añadió Chesini, ha generado reacciones para cuidar la vida de los trabajadores agrícolas. En Nicaragua, por ejemplo, las jornadas de la zafra de caña de azúcar han cambiado para disminuir este riesgo a la salud. En primer lugar, la jornada inicia más temprano y, por cada hora de trabajo, se han establecido pausas de 15 a 30 minutos en las cuales se provee de sombra, descanso e hidratación a los trabajadores.
“Con estas tres medidas se ha logrado reducir la afectación renal de los trabajadores de la caña de azúcar en Centroamérica”, resaltó.
Diversas capas de riesgo
Por otro lado, Chesini comentó que entre 2000 y 2022 la mortalidad relacionada con el calor en Latinoamérica aumentó un 140%, principalmente en países como Argentina, Bolivia, México, Paraguay y Uruguay. Además, Chesini indicó que la pérdida de capacidad laboral vinculada al calor generó en 2022 una reducción del 1.34% del Producto Bruto Interno, equivalente a 1.78 mil millones de dólares en pérdidas en la región.
Los sectores más afectados son la agricultura, la construcción y las manufacturas, donde prevalecen condiciones laborales informales y niveles significativos de pobreza. En las zonas rurales de América Latina, unas 50 millones de personas trabajan en condiciones de calor extremo, con tasas de pobreza que rondan el 45% y de pobreza extrema en un 21%, cifras que duplican o triplican los niveles urbanos. Esta situación genera una “sinergia de vulnerabilidades” que incrementa los riesgos para la salud de los trabajadores.
Tzvetomira Radoslavova, especialista en seguridad y salud en el trabajo de la Organización Internacional del Trabajo en América Latina, indicó que los riesgos de enfermedades abarcan desde diversos tipos de cáncer, y enfermedades cardiovasculares, hasta afecciones respiratorias, problemas de visión y de salud mental.
Radoslavova explicó que la temperatura corporal media está entre los 36 y 37 grados y que alcanzar 38 grados de temperatura corporal empieza a deteriorar las funciones físicas y cognitivas de las personas. A 40 grados, añadió, se tiene un riesgo elevado de daño grave a órganos, pérdida de conciencia e incluso la muerte.
“Las Américas registran la mayor proporción de lesiones profesionales atribuibles al calor excesivo después de África, representando un 6.7% de todas las lesiones ocupacionales”, señaló Radoslavova, añadiendo que en la región, las lesiones relacionadas con el calor han aumentado en un 33% desde el año 2000.
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