Sinaloa.- La construcción de la paz en Culiacán y en Sinaloa no se logrará sin un ejercicio profundo de memoria colectiva, aseguró Iliana Padilla Reyes.

En entrevista para ESPEJO, la autora del estudio “Geografía de la violencia en Culiacán”, advirtió sobre los riesgos de que, en el actual contexto de violencia que vive Sinaloa, la sociedad se deje llevar por una política del olvido.

Disfrazada de resiliencia, estas políticas del olvido exigen la seguridad y el regreso a una aparente normalidad que, aseguró, conducirán a la sociedad sinaloense a perpetuar la violencia, condenándonos a repetir la historia.

“Se está repitiendo la historia. El asunto es, ¿cuánto tiempo lo vamos a repetir? ¿Cuántos años más violentos vamos a tener en Culiacán? ¿Cuándo más se va a volver a repetir este ciclo? Este puede ser un momento de quiebra o, como en 1976 o en el 2008, otro inicio de ciclos violentos”, dijo.

 

La clave para evitar esto, según Padilla, es la creación de un proyecto de memoria colectiva que permita a la sociedad reflexionar sobre cómo llegó a esta situación; así como el trabajar en una nueva identidad que, sin negar nuestro pasado y presente violento, nos posibilite formas distintas de relacionarnos en lo económico y en lo social.

Otro riesgo en el que es fácil caer, advirtió, son la reproducción de discursos simplistas que dividen a la sociedad entre “buenos” y “malos”, pues este tipo de mensajes acrecientan las fracturas sociales.

En cambio, propone generar espacios para la comprensión y la representación no violenta de quienes han sido tradicionalmente excluidos a través de la generación de espacios para la escucha y el diálogo, donde podamos construir una identidad colectiva que fomente la paz.

“Si no hay un reconocimiento todo es falso, se construye desde la nada y vamos a condenarnos de nuevo a la repetición”, puntualizó.

 

Asimismo, resaltó que no podemos hablar de paz si no hay justicia social, si no respetamos los derechos humanos, y si no trabajamos en la inclusión social y la sostenibilidad ambiental.

Por último, la académica reconoció que, antes de cualquier proceso en este sentido, es necesario que las autoridades trabajen en el restablecimiento del orden público, pues al día de hoy las personas en Culiacán siguen prácticamente secuestradas en sus casas, lo que complica cualquier posibilidad de acción colectiva.

“Prácticamente las personas siguen secuestradas en sus casas y eso complica todo… A corto plazo yo considero que no hay mucho que pueda hacer la ciudadanía”, puntualizó.

 

Es importante recordar que, desde el 9 de septiembre, cuando comenzó la ola de violencia en Culiacán, esta se ha extendido durante el último mes hacia otros municipios del centro y sur de Sinaloa, dejando un saldo de más de 150 personas asesinadas.

A esta ola de violencia se suman un alto número de personas desaparecidas, alrededor de 200 denuncias por robo de vehículos. La situación ha sido agravada por enfrentamientos constantes, bloqueos, asaltos y saqueos a comercios, lo que ha generado un clima de inseguridad en la región.

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