Culiacán, Sinaloa.- Las operaciones comerciales en Culiacán son objeto de una ola delictiva que acompaña a la jornada violenta que se extiende desde el 9 de septiembre y, desde entonces, atemoriza a la sociedad civil en general. Producto de los robos y saqueos de alto impacto de los que han sido objeto los negocios, se han detenido las inversiones y provocado pérdidas cuantiosas, señala el presidente de la Canacintra en Culiacán, Sergio Álvarez.
La seguridad es un factor primordial para el panorama de negocios de una región. Los recientes estallidos de violencia en Culiacán y la incapacidad de las instancias correspondientes para contener su impacto en las actividades de los negocios, terminan por socavar la economía local.
Al entorno generalizado de violencia, con noticias de personas ejecutadas todos los días desde el 9 de septiembre, se le suma la amenaza de los asaltos, saqueos y otros delitos. De acuerdo con Óscar Sánchez, líder de la Unión de Locatarios del Centro de Culiacán, suman cerca de 350 ocurrencias a partir del inicio de este estallido delincuencial, en una situación que genera preocupación entre el sector.
Sergio Álvarez, en entrevista para Revista Espejo, habla sobre la situación de amenaza que afrontan los comercios de Culiacán, resaltando que, como la mayoría de las veces en que hay una contingencia de cualquier tipo, los pequeños empresarios y autoempleados son los más vulnerables.
Algunas pequeñas empresas que les han pegado, pues ya no se van a instalar. Algunas medianas empresas están buscando nuevas formas de comercializar sus productos, ya no exponiéndolas a locales. El riesgo está presente, está latente. Nadie quiere exponerse a estos riesgos de daños.
Precisa que, si bien las cantidades robadas son pequeñas en comparación con los volúmenes de capital que se mueven regularmente en la ciudad, para las pequeñas empresas esa pérdida significa la oportunidad de seguir llevando el pan a casa, y eso sí es una pérdida muy significativa.
Además de esto, la delincuencia evita la existencia de un entorno propicio para la creación o llegada de nuevos negocios a la región.
“Hay cuantiosas pérdidas de inversión. Al final de cuentas, inversiones nuevas no se dan ante una condición de estas“, comenta.
El apoderado de la Canacintra comenta que, para intentar palear las consecuencias negativas de estos delitos, se debe pedir la cooperación de las autoridades para que consideren las zonas vulnerables en sus estrategias, y que no pare la circulación de elementos de seguridad pública.
“En estos días hablaremos con el Presidente Municipal para pedirle que en el primer cuadro de la ciudad, en las zonas donde haya más comercio, tengan más presencia. Si es de militares, pues que la solicite de militares, pero que haya más presencia para inhibir el delito”
Por otro lado, para los empresarios, se ha lanzado la recomendación de invertir en cubrir las vulnerabilidades de su patrimonio. Colocar alarmas, reforzar los sistemas y medidas de seguridad que puedan tener, con el propósito de disminuir el riesgo de sufrir afectaciones.
Aunque admite que por el momento no existen cifras concretas de la magnitud de las afectaciones, Sergio Álvarez declara considerar que, por lo menos, un 15% de los culiacanenses ha percibido perjuicios en su vida diaria debido a la comisión de un delito, esto desde el inicio de la narcopandemia en Sinaloa.
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